La promoción del Mediterráneo como marca de excelencia turística
julio 8, 2015Crucero mediterráneo
El crucero es el sector turístico que más ha crecido en las últimas décadas. Ha cambiado de orientación, evolucionando desde un concepto de mero transporte marítimo hacia un enfoque turístico. También se ha adecuado a las necesidades de la demanda, generando empleo directo e indirecto. En este segmento intervienen las embarcaciones, los puertos, las agencias de viajes, y los proveedores, y también el mar Mediterráneo que no es ajeno al negocio. Se trata de un producto completo: ofrece una amplia variedad de destinos, una buena relación calidad-precio, y es para todas las edades.
El Mediterráneo es el segundo destino de cruceros a nivel mundial, aunque tiene muchas posibilidades de crecer y quitarle el liderazgo al Caribe, tanto por sus excelentes condiciones climatológicas y la diversidad de culturas, como por su larga temporada y por su abanico de itinerarios. El mar Mediterráneo cuenta con 45.000 kilómetros de costas, 150 de sus 450 puertos y 70 operadores están implicados en esta industria, que en los últimos 10 años ha generado más de 320.000 puestos de trabajo, alcanzando 25,8 millones de pasajeros y más de 50.000 millones de euros de beneficio. Barcelona es la ciudad que lidera el ranking de pasajeros, con 2,36 millones, y le siguen Civitavecchia, Venecia, Baleares, y Marsella.
La expansión está abriendo el apetito de las ciudades portuarias. La batalla de los cruceros se gana en tierra, y los grandes puertos Mediterráneos continúan desarrollando nuevas grandes terminales para atraer a millones de pasajeros y ofrecer productos diferenciados. La visión de una flotilla de buques de crucero que se alinean en el puerto es una ganancia financiera real para la economía local. Pero la industria tiene muchos retos, como la elevada concentración: el 80% están controlados por cuatro grandes grupos y centrados en pocos puertos. Ampliar la oferta hacia segundas ciudades ayudaría a vertebrar el territorio. Otros retos son los elevados costes de los buques, la cualificación de la tripulación, la seguridad, el impacto medioambiental, la inestabilidad, y el petróleo. El crecimiento espectacular obliga a repensar el sector. Mientras que cada destino tiene sus prioridades, se debe trabajar conjuntamente para promover los cruceros en la región mediterránea.
Hay que apostar por crear una marca común que impulse la complementariedad de las ofertas, como lo hace Caribbean Tourism, en el que participan 33 países .Esto reforzara los atributos de la oferta Mediterránea en otros mercados. Una nueva alianza es clave para afianzar el liderazgo y alcanzar la primera posición.
Artículo publicado en Expansión, Ed. Catalunya el 30 de abril de 2015
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