Las escuelas de negocios y el fomento de la emprendeduría
abril 28, 2012Jordi Vinaixa
Director académico del Instituto de Iniciativa Emprendedora de ESADE
«Lo que de verdad necesita el emprendedor no es dinero, sino recursos»
Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Barcelona y máster en Dirección y Administración de Empresas por ESADE. Ha sido gerente del Institut d’Estudis Catalans (IEC), desde 1998 hasta 2003, y ha formado a centenares de emprendedores impartiendo clases en ESADE, la Universidad de Barcelona y la Universidad Politécnica de Catalunya. Ha organizado y gestionado la empresa JVS Consultors, dedicada a la consultoría y a la formación; y ha ejercido las funciones de director (gerente de la unidad de negocio) de la Escuela Superior de Tecnología (EST) del Institut Català de Tecnologia (ICT).
Cuando en este país nadie hablaba de ser emprendedor, en 1992 ESADE funda el Centro de Iniciativa Emprendedora. ¿Se puede decir que este es uno de los rasgos distintivos de esta institución académica?
No hay duda de que la iniciativa empresarial forma parte de la identidad de ESADE. Ser emprendedor parece que está de moda, pero en ESADE fuimos de los primeros en apostar por ello. La directora general, Eugenia Bieto, ha dado un nuevo impulso a este posicionamiento, con la puesta en funcionamiento de ESADE Creápolis en Sant Cugat y nuevos espacios para la innovación y la creación de nuevas iniciativas empresariales, como el EGarage, además de la creación de nuevos cursos y másters enfocados a los emprendedores.
¿Qué papel tienen destinado para el campus de Sant Cugat del Vallés?
El Campus de Sant Cugat se inauguró en 2009 con el objetivo de aumentar la capacidad y mejorar las instalaciones. ESADE Creápolis es la gran apuesta de la casa en materia de innovación y creación de nuevas empresas. Fue pensado como un parque de creatividad, cuyo objetivo es poner en marcha un ecosistema único en que las empresas, los estudiantes y la comunidad docente y científica confluyan. Durante las últimas décadas la administración y las universidades apostaron por viveros de empresas, parques empresariales o parques científicos. Nosotros hemos creado el primer centro internacional de innovación para practicar la «Open & Cross Innovation» en el que más de cincuenta empresas multi-sector se alojan para innovar de manera colaborativa. Además, a través de nuestra red de Business Angels (ESADE BAN) podemos obtener la financiación necesaria para dar impulso a las iniciativas empresariales que los inversores estimen más interesantes, de manera que tenemos la posibilidad de completar la cadena de valor que hay desde la conceptualización de un proyecto hasta que sale al mercado.
¿Puede enumerarnos algunos proyectos empresariales que hayan surgido alrededor del Instituto de Iniciativa Emprendedora de ESADE?
Han surgido algunos proyectos que incluso han sido premiados en certámenes relevantes en el ámbito de la innovación, como es el caso de Vertical Farming, empresa surgida en ESADE Creápolis, que recibió una mención de honor en los premios Iniciativa de BMW. Es una empresa que propone integrar la agricultura en la arquitectura. Es sólo un ejemplo de las muchas ideas que han surgido aquí. Entendemos que nos tenemos que dirigir a proyectos con alto potencial de crecimiento, que tengan base innovadora.
¿Hasta qué punto está resultando clave la colaboración con los parques científicos?
Es una vía muy interesante para añadir valor y multiplicar las posibilidades de éxito. Tenemos en nuestro entorno grandes parques científicos con los que podemos colaborar. Además de generar conocimiento es importante que se pueda llevar a la realidad y se convierta en oportunidad de desarrollo económico. Esta es un poco la asignatura pendiente de Europa en general y de España en particular. Nos cuesta mucho convertir las ideas en negocios. Hasta la fecha no habíamos conseguido que hubiera ese acercamiento entre las escuelas de negocios y los centros tecnológicos adscritos a universidades. Pero se han dado pasos importantes. Recientemente la Universidad Politécnica de Cataluña y ESADE ganamos el mayor proyecto europeo de innovación en energías sostenibles, impulsado por el European Institute of Innovation and Technology (EIT), que supondrá una inversión inicial de 450 millones de euros en los próximos cuatro años.
¿En qué medida los emprendedores pueden contribuir al cambio de modelo productivo?
Nos falta cultura empresarial, sobre todo si nos comparamos con los países del centro de Europa o con Estados Unidos. La crisis económica nos pilló en un momento decisivo, justo cuando estábamos empezando a dar los pasos para adoptar una estructura empresarial diferente. Pero deberíamos pensar que nuestro mercado ya no es el local, sino el internacional. Desde ESADE siempre animamos a nuestros estudiantes a que piensen en grande, a que sean ambiciosos, a que desarrollen ideas de gran potencial de negocio, porque el mercado es el mundo. Aunque los elementos locales y los aspectos afectivos y sentimentales aún pesen mucho.
¿En qué medida las dificultades para acceder al crédito están cambiando la manera de emprender un negocio?
Hay quien dice que no se emprende más porque no hay dinero. Y no es cierto. Lo que el emprendedor necesita no es dinero sino recursos. En los últimos años han triunfado las tiendas online, ya sean de ropa, de viajes, etc. Y han tenido éxito porque tienen modelos de negocio con barreras de entrada muy bajas, y porque tienen flujos de efectivo muy importantes que les permiten, de alguna manera, financiarse con los clientes.
¿Qué papel está desempeñando el venture capital o capital semilla?
Tiene una relación un tanto especial con los emprendedores. Yo soy optimista por naturaleza. En este sentido pienso que si a estos inversores les va bien, luego no dudarán en apoyar más proyectos, y se atreverán con algunos aún más complejos. El inversor ya sabe que la rentabilidad va ligada al riesgo, y ya entiende que algún proyecto empresarial puede fracasar. Si queremos que los jóvenes inventen cosas nuevas, tienen que tener licencia para equivocarse.
¿Dónde están las nuevas ideas de negocio?
Yo diría que las ideas están sobrevaloradas. La idea es poco importante. Lo importante es la ejecución, la idea de negocio, el equipo de trabajo que hay detrás, cuántos clientes vas a tener, etc. Eso es lo que de verdad valoran los inversores. Hace 25 años nadie pedía coches con airbag. La necesidad de seguridad existía, pero el consumidor no lo pedía porque no existía. La visión del emprendedor es encontrar el encaje y convertirlo en negocio.
¿Qué consejos daría a un joven emprendedor?
Ante todo le animaría a que cumpliera sus ilusiones. Por supuesto, le recomendaría que eligiera un entorno adecuado para llevarlas a cabo, como por ejemplo el Master en Innovación e iniciativa emprendedora de ESADE, una escuela de negocios de reconocido prestigio internacional en un campus como el de Sant Cugat, en el marco de Creápolis y del Instituto de Innovación. Hemos conseguido crear un ecosistema único, que al joven emprendedor le da unas grandes posibilidades hasta ahora imposibles de reunir, al juntar en un mismo lugar la problemática de la empresa con las soluciones que pueden funcionar, con asesoramiento experto, gracias a la gente que puede aportarlas, que son nuestros alumnos.
Abel Sierra