Investigación universitaria en Oftalmología

Investigación universitaria en Oftalmología

octubre 1, 2018 Desactivado Por inQualitas
Rafael I. Barraquer
Rafael I. Barraquer
Director de la Cátedra Barraquer de la UAB (Universitat Autònoma de Barcelona)
«Creo que en Barcelona se dan muchos de los elementos que pueden llevarnos a ser el ‘hub’ biosanitario del sur de Europa
Rafael Ignacio Barraquer Compte es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona, con la calificación de “cum laude”. En la actualidad es director médico adjunto del Centro de Oftalmolgía Barraquer (COB), en el que trabajan más de 300 personas y en el que ejercen 27 oftalmólogos divididos en diversas sub-especialidades. Como cirujano aventajado, su área de interés es el segmento anterior del ojo; destaca en su labor clínica en la cirugía de la catarata, glaucoma, trasplante de córnea y cirugía refractiva mediante láser, departamento que puso en marcha en 1995. Asimismo en 1999 fundó la Unidad de Oncología Ocular (UDOO) del COB, de la cual es director. Es profesor asociado en la Facultad de Medicina de la UAB, en la que dirige anualmente la formación de un centenar de alumnos de licenciatura en los ciclos de prácticas de la asignatura de Oftalmología. Imparte a menudo cursos y da conferencias en diversas universidades y sociedades oftalmológicas en España y en todo el mundo, y participa en diversos tribunales académicos. Ha presentado numerosas comunicaciones en congresos internacionales y pertenece a una treintena de asociaciones científicas.
¿Cómo surgió el Instituto Universitario Barraquer y la Cátedra de Investigación en Oftalmología Joaquín Barraquer?
La actual proliferación del término “instituto” como denominación “de prestigio” de lo que a menudo no son sino simples centros asistenciales me obliga a aclarar un poco la terminología. El Instituto Barraquer fue creado, en 1947, por mi abuelo como asociación científica, de cara ser la rama docente y de relación y difusión académica de nuestra institución (originalmente la “Clínica Barraquer” fundada seis años antes) con la comunidad de oftalmólogos. Aunque nuestra relación con la Universidad Autónoma de Barcelona se remonta a los orígenes de ésta, en los años 70, la adscripción se formalizó en 1993 como Instituto Universitario Barraquer. En este marco y para potenciar los aspectos de investigación (diferenciándolos de los puramente docentes) se creó, en el año 2000, la cátedra “Joaquín Barraquer”.
Usted representa la cuarta generación de la saga de oftalmólogos Barraquer (José A. Barraquer Roviralta, 1852-1924; el célebre profesor Ignacio Barraquer Barraquer 1884-1965; y su padre el profesor Joaquín Barraquer Moner). ¿Podría hacer un breve resumen de las aportaciones científicas de su familia?
Mi familia lleva dedicada a la Oftalmología cerca de 150 años. Yo pertenezco a la cuarta generación y tenemos ya miembros activos de la quinta. Históricamente, las aportaciones más destacadas quizá fuesen, por parte de mi abuelo Ignacio, la invención en 1917 de un sistema de vacío que revolucionó la extracción de las cataratas, así como el diseño y creación de la propia Clínica, no sólo por lo que representa la institución, sino por ser probablemente el factor crucial que nos hizo pasar de la simple serie de padre-hijo a una verdadera “saga” médica. Sus dos hijos tienen un puesto indiscutido en el “hall of fame” de la Oftalmología mundial. El mayor, José Ignacio, como padre de la moderna cirugía refractiva corneal. Mi padre, Joaquín, se dio a conocer en 1958 al descubrir la zonulolisis enzimática, que de nuevo tuvo gran impacto mundial en la cirugía de la catarata. Fue también pionero en el uso de lentes intraoculares y en trasplantes de córnea, creando el primer Banco de Ojos del continente europeo. Pero quizá su mayor logro fue el de la consolidación del “modelo Barraquer” concretado en el crecimiento físico del Centro, de sus equipos médicos, y en el desarrollo de su concepción integral, tanto en cuanto al equilibrio entre asistencia, docencia e investigación, como por el cuidado de aunar la especialización y las técnicas más avanzadas con el trato más humano de los pacientes, según nuestro lema “Tratemos a nuestros pacientes con querríamos ser tratados en su lugar”.
¿Cuáles son las principales actividades del centro de investigación que dirige?
La Cátedra Barraquer coordina las actividades relacionadas con la investigación dentro del ámbito del Centro de Oftalmología Barraquer y del Instituto Universitario Barraquer. Esto comporta líneas dentro de nuestra especialidad, tradicionalmente con predominio de la investigación clínica. Sin embargo, la creación de la Cátedra ha supuesto un punto de inflexión para el desarrollo de líneas de nivel más básico, gracias, entre otros factores, a los laboratorios de los que se ha ido dotando, en aspectos como Biofísica, Óptica y Micromecánica, Cirugía experimental y Biología celular. Las líneas más activas van desde la evaluación de nuevas tecnologías de tratamiento, como los láseres, o tipos novedosos de implantes y trasplantes, evaluación de la calidad visual, desarrollo de nuevos substitutos del cristalino, y aplicación de células madre en Oftalmología.
Barraquer
La cátedra de investigación dispone de avanzadas instalaciones, entre las que se encuentran un laboratorio químico-analítico, un laboratorio de microscopía óptica, estabulario y un quirófano dotado para su actividad experimental
¿Trabajan integrados o coordinados con otros planes o proyectos de investigación?
Aunque tenemos una serie de proyectos propios, cada vez son más frecuentes los que se realizan en colaboración multicéntrica o en red. Así tenemos diversos niveles de colaboración con otras universidades y centros de Barcelona, con diversos centros a escala nacional a través de redes como la RETICS, y a escala internacional con instituciones como el European Vision Institute y otras redes europeas de investigación.
¿Cómo evaluaría la docencia universitaria española, en su ámbito profesional, con respecto a los países más avanzados?
No creo estar en la mejor posición para juzgar, ya que mi experiencia como docente se ha desarrollado ante todo aquí. Aunque tengo la sensación que ciertas formas de crear un “ranking”, quizá por un efecto de promedio, no hacen honor a la labor de centros de excelencia cada vez más abundantes en nuestro entorno. No voy a negar la importancia evidente de la potencia económica, las décadas de políticas acertadas en el fomento de la excelencia, el efecto de las masas críticas de investigadores y docentes del máximo nivel e interconectados, la facilitación de las sinergias con la industria, etc., que, explican con razón, porqué llamamos “más avanzados” a ciertos países. En el campo profesional de la Oftalmología creo que el nuestro destaca por encima de bastantes de los de nuestro peso específico, sea en el entorno europeo o en el mundial. Esto se debe sin duda al nivel de la enseñanza, tanto universitaria como en la formación de especialistas, y por las oportunidades para la formación continuada que suponen las cada vez más frecuentes (quizá en exceso) reuniones y congresos en todas las ramas de la Oftalmología.
Y en relación a las instalaciones, equipo y facilidades para investigar, ¿en qué aspectos cree que estamos al día y en cuáles debemos mejorar para ponernos al nivel de los mejores?
En esta época en que la crisis obliga a la racionalización, se ha abierto un debate sobre si la investigación debe realizarse solamente en “centros de excelencia” dedicados específicamente a ella o si tiene sentido realizarla también dentro de los hospitales y clínicas. Yo creo que ambas cosas son necesarias, ya que si los primeros pueden concentrar las inversiones de más calado y las masas críticas de investigadores, no podemos olvidar que la investigación es también una de las ramas esenciales de la profesión médica individual. No sería nada bueno que quienes tienen el contacto cotidiano con los pacientes quedasen desvinculados del proceso innovador, entre otras cosas porque son una de las fuentes de creatividad, precisamente por estar más próximos a los problemas reales de los pacientes. Para mejorar nuestro nivel debemos potenciar ambos modelos y especialmente la colaboración entre ellos.
¿Considera que es la Oftalmología una de las disciplinas que más han avanzado en los últimos años en capacidad de corrección y curación? ¿Si es así, podría profundizar en las posibles causas de ello?
Para comparar los avances en Oftalmología con los de otras especialidades tendría que conocer los avances en muchas de éstas en un grado que obviamente no poseo. Pero está claro que los avances en aquélla han venido condicionados por las características peculiares del órgano de la visión. Esto explica, por ejemplo, el haber sido pioneros en el uso de aparatos ópticos de exploración (el oftalmoscopio, mediados del S XIX), en microscopios y técnicas microquirúrgicas (mediados del S XX), en el uso de láseres de múltiples tipos (a partir de los años 70) y otras tecnologías cada vez más sofisticadas en el diagnóstico y tratamiento: porque el ojo lo permitía al tener medios transparentes y poder “mirar dentro” (nunca hemos tenido que auscultarlo), y porque lo exigía por su propia escala y la peculiaridad de sus patologías. En cuanto a los avances en curación, a veces hay cosas tan simples como descubrir que el tracoma, una de las causas más importantes de ceguera en el mundo, podía evitarse logrando que los niños se lavasen la cara con agua limpia cada día (lo que no es fácil en muchos lugares). Y desde luego hemos avanzado mucho en aspectos terapéuticos y de calidad de vida como la moderna cirugía de catarata y la cirugía refractiva. Los trasplantes de córnea son uno de los más frecuentes entre todas las especialidades y hemos dado grandes pasos en la detección precoz y tratamiento, fundamentalmente preventivo, del glaucoma, otra de las grandes cegadoras. Pero tenemos muchos otros campos en los que el avance, aunque presente, está siendo más lento, como en la degeneración macular de la edad avanzada o las numerosas aunque raras enfermedades hereditarias que causan ceguera.
En el campo específicamente tecnológico y empresarial, ¿cómo ve el I+D-i en su sector en España?, ¿es un buen terreno para que los inversores se fijen en ustedes?
El nuestro ha sido siempre un país de innovadores e inventores. Aunque a veces esto se haya explicado como consecuencia de la necesidad de improvisar por falta de otros recursos, creo que podemos y debemos aunar esa tendencia “innata” con las condiciones objetivas que favorezcan el I+D+i. Por otra parte, nuestro tejido industrial-empresarial, así como en general en el resto de Europa por contraste con los EE.UU. (y quizá gracias a unos sistemas de regulación menos centralizados y por tanto con más flexibilidad), ha favorecido el desarrollo de muchas ideas innovadoras, a mendo a través de empresas de escala PYME.
Por tradición, Barcelona ha tenido siempre un gran prestigio en el sector de los servicios médicos. ¿Cree que se va en la buena dirección para mantenerlo e incrementarlo?
Esa “tradición” sin duda tuvo un origen, en un momento determinado, así como unas ciertas causas, y luego es el resultado de un esfuerzo continuado. Mantenerlo e incrementarlo requiere en primer lugar no dar nada por descontado y seguir trabajando en la excelencia, cada uno en nuestro ámbito, y convencer a nuestros gobernantes de que esta meta es muy conveniente para nuestra ciudad y nuestro país, y que por tanto requiere su apoyo.
Como facultativo integrado en la organización Barcelona Centre Mèdic, ¿cómo describiría esta iniciativa sanitario-empresarial?, ¿qué valor añadido aportan ustedes a la Medicina y a la economía españolas?
BCM ha sido una de las organizaciones que más han contribuido a ese merecido prestigio que Barcelona ha adquirido en el campo de los servicios médicos, fundamentalmente como catalizador del efecto “masa crítica”, por su papel coordinador entre los diferentes centros médicos de excelencia, así como con las empresas de otros servicios (por ejemplo en los campos del transporte y de la hostelería) que facilitan el acceso de los pacientes a esa red médica.
Aseguran los entendidos que Barcelona tiene una buena posición geo-estratégica y científico-técnica para integrar el ‘hub’ biosanitario del sur de Europa ¿Cuál es su punto de vista sobre la cuestión?
Creo que, efectivamente, se dan muchos de los elementos que pueden hacerlo una realidad, empezando por nuestro privilegiado clima como factor de atracción de muchos profesionales de regiones más nórdicas, pasando por el arraigado tejido industrial y empresarial, la tradición de excelencia médica, el desarrollo de centros dedicados a la investigación y a la alta tecnología, etc. Todo ello promete, pero debemos seguir trabajando cada uno en nuestra parcela, y cada vez mejor. Necesitaremos que ésa sea también una prioridad en la agenda de nuestros gobernantes.
Más información:
www.barraquer.com
Barraquer
Marta Pulgar – Francesc Ribera