Experiencia y desarrollos eficientes en el tratamiento textil y de pieles

Experiencia y desarrollos eficientes en el tratamiento textil y de pieles

agosto 5, 2014 Desactivado Por inQualitas
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Prudencio Argüelles
Director general de TEXAPEL
“Aun sin ser grande, con calidad, artesanía y servicio puedes llegar a todo el mundo”

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Barcelona en la década de los setenta, simultaneó sus estudios con diversos trabajos en las empresas familiares. En 1979 se creó la empresa familiar P. Argüelles SA, continuadora de la empresa fundada por su padre, de la que se le nombró Administrador, cargo que sigue desempeñando en la actualidad. Además de Administrador único de la química Texapel SL, es consejero de Haburco SL y forma parte de la Junta directiva de AEPSAT (Asociación Española de Productores de Sustancias para Aplicaciones Tensioactivas)

¿Cuáles son los orígenes de Texapel?
Texapel nace en el año 1994. La familia Argüelles decide crear esta empresa con el objetivo de exportar y vender los productos que se fabricaban para el mercado español desde 1942. Elaborábamos productos químicos destinados a la mejora del artículo y los procesos productivos industriales en ámbitos como el metal, el textil, el cuero y otros. Hoy exportamos a más de 23 países por todo el mundo.
¿Qué les empujó a dar el salto a la internacionalización, hace ya 20 años?
Eran unos años interesantes. Con la aparición del ECU, en 1995, se empieza a materializar el proyecto de la Europa unida. En 2000 nace el euro. Exportar es una de las escasas vías para sobrevivir en el mundo global.
Ustedes se han centrado en el ámbito del cuero, un sector que en España casi ha desaparecido…
Efectivamente, Texapel significa textil y piel. No tenemos manías y vendemos a todo el mundo, pero además del sector textil nos hemos centrado en el sector del cuero, porque es un sector que se relocaliza con facilidad. España fue una potencia en piel y en cuestión de pocos años dejo de serlo, por la ausencia de una política industrial clara, por las exigencias medioambientales, y por mil motivos más.
¿Es el sector de la piel innovador?
La innovación en el sector de la piel está vinculada, sobre todo, a la moda, y esto afecta especialmente a la oferta de productos químicos. Sin embargo, los procesos de producción del mundo del curtido no presentan cambios importantes. Nuestra innovación está enfocada, en gran medida, al cumplimiento de las nuevas directrices y normativas europeas. En nuestro caso hemos dedicado especial atención al ámbito de la ecología y de las aguas residuales.
¿Qué tipo de productos desarrollan?
Desarrollamos emulsiones y/o dispersiones acuosas para nutrir el sustrato en función de la textura de la piel que se busque.
¿Qué tamaño tiene Texapel en comparación a otros players?
Texapel es una empresa pequeña dentro de los parámetros económicos que representa. Si la comparamos con una refinería de petróleo compararías un elefante con una bacteria. Desde el punto de vista empresarial somos una empresa mediana y muy especializada en un sector relativamente pequeño. En algunos nichos somos relevantes. Tras dos décadas de esfuerzos nuestro nombre tiene valor internacional, reconocido en 23 países, incluyendo India, Pakistán, China, Corea, Italia, Turquía, etc. Con recursos limitados nos hemos concentrado especialmente en fabricar engrases, desengrasantes y recurtientes desde un enfoque de artesanía, constancia, calidad y servicio. A través del puerto de Barcelona, por vía marítima, nos conectamos con el exterior. Tenemos una imagen fuerte de marca y gozamos de una buena reputación.
¿Nos puede dar algunos datos que ayuden a situar a Texapel?
Somos 34 empleados en Barcelona y una capacidad de producción instalada de 20.000 a 25.000 toneladas al año, a tres turnos. El 90% de nuestra producción se dirige a la exportación. Esperamos conseguir incrementos en los próximos años.
¿Cuál es la situación de las empresas que operan en el sector?
En los últimos 20 años se ha destruido la industria ligera manufacturera de textil, cuero, papel… A día de hoy en España quedamos de tres a cinco fabricantes.
Este mercado es bastante caótico, ya que existe una competencia muy atomizada y muy poco reglada. Es una jungla.
¿Cómo gestionan este caos?
Concentrando los esfuerzos en un sólo ámbito, en lo que sabemos hacer mejor: un producto estable, con variantes y más de una aplicación. Como el mercado es cambiante y oscilante, es imprescindible crear vínculos con otras compañías similares a la nuestra que conozcan los mercados locales y que precisen del valor que nosotros podemos añadir. Buscamos una cooperación de confianza, con gente local, con empresas de nuestro tamaño, que entiendan nuestro lenguaje salvando las distancias culturales.
¿Qué tipo de colaboración buscan con los operadores locales?
No hacemos transferencia tecnológica. Vendemos producto, no tecnología, prestando la adecuada asistencia técnica a nuestros distribuidores y usuarios finales. No podemos renunciar a nuestro know-how.
¿Está justificada toda la regulación que hay con respecto al sector químico?
La regulación está justificada ya que la química es una actividad de riesgo. Nuestra química se basa en diversas síntesis de adición y su formulación. Con los años, hemos ido eliminando factores de riesgo (como los inflamables) a medida que el sector va aprendiendo. Nos ajustamos a la normativa, estamos certificados por la ISO 9001 (I+D+i) y la ISO 14001 (Ambiental) que renovamos periódicamente. Hay, además, una serie de asociaciones y organizaciones empresariales, desde FEDEQUIM hasta FEIQUE, pasando por AEPSAT (Asociación de Tensioactivos) que llevan a cabo una labor muy útil para facilitar la compresión y cumplimiento de la normativa.
Hace años el sector químico tenía muy mala imagen. Ahora es uno de los sectores de la economía con mayor prestigio y es uno de los que mejor ha superado la crisis. ¿Coincide con este análisis?
En parte. La industria química y las organizaciones empresariales han hecho un gran esfuerzo por destacar los beneficios de la industria química en la vida cotidiana. Aunque ese acercamiento pretende, precisamente, mejorar la imagen de la industria, mientras no se establezcan diálogos sinceros y abiertos con las partes interesadas, creo que la ciudadanía nos seguirá percibiendo, con prevención y cierto temor, como contaminadores y generadores de riesgo.
La crisis ha favorecido ciertas concentraciones empresariales, lideradas por fondos de inversión, al tiempo que ha perjudicado notablemente a la pequeña y mediana empresa.
Usted pertenece a una generación de empresarios y ejecutivos que ha vivido la transición política. ¿Qué visión tiene del momento actual?
Mi visión es pesimista, creo que en línea con la gente de mi generación, que ya llevamos más de cuatro décadas de experiencia profesional. Aceptas unos valores y unos compromisos sociales que con el tiempo se han visto vulnerados por el sistema.
Sentimos que no estamos trabajando para contribuir al sostenimiento de la sociedad, sino para tapar unos agujeros que no hemos creado. A partir de ahí, ¿dónde queda el poder de la democracia? Que el Estado se olvide de sus obligaciones me molesta mucho como persona y como empresario.
¿Qué recomendaciones le daría a un joven que quisiera montar una empresa en el sector químico?
Le advertiría que entra en un sector complicado, en el que no puedes estar solo. Le sugeriría que se apoyase mucho en la universidad, que contara con la ayuda de profesionales que puedan contribuir en la investigación y el desarrollo. Y sobre todo que tenga un enfoque práctico de las cosas. Que piense en global, con visión internacional y claridad de objetivos. Y finalmente, le diría que el secreto está en desarrollar algo que sea sostenible.
Abel Sierra
Más información:
www.texapel.net