Competitividad de la industria química española

Competitividad de la industria química española

abril 1, 2013 Desactivado Por inQualitas
Joan Pedrerol
Joan Pedrerol
Presidente de AEQT (Asociación Empresarial Química de Tarragona)
«El incremento del 30% de la tarifa eléctrica supondrá una grave pérdida de competitividad»
Joan Pedrerol Gallego es ingeniero químico por el Institut Químic de Sarrià (IQS) y diplomado por el IESE en el Programa de Desarrollo Directivo (PDD). Su carrera profesional se ha desarrollado en Repsol, en el Área de Química del Complejo Industrial de Tarragona, en el que ha ocupado el cargo de director de la puesta en marcha de la planta de Polipropileno, director del Departamento de Procesos, director de la puesta en marcha del Complejo de OP / SM y Derivados, jefe de producción y director técnico. En abril del 2008, fue nombrado director del Complejo Industrial Repsol en Tarragona y, en junio del mismo año, accedió a la presidencia del Centre Tecnològic de la Química de Catalunya (CTQC). Es vicepresidente tercero de la Cambra de Comerç, Indústria i Navegació de Tarragona; y vocal del Consell d’Administració de l’Autoritat Portuària de Tarragona y de Aigües Industrials de Tarragona (AITASA); miembro del Consell Assessor de la patronal Foment del Treball, y de la Fundació Institut Químic Sarrià (IQS).
¿Qué características y hechos han convertido a Tarragona en un núcleo tan importante de la industria química española?
Las características geográficas de Tarragona han determinado, desde la Edad Antigua, el modelo económico de la ciudad y en buena medida de la provincia. La Tarraco romana consolidó y conformó el papel de ciudad industrial (transformación de productos agrícolas y textiles para la exportación a Roma), lo que implica también el importante factor desempeñado por el puerto como centro neurálgico de comunicaciones. A lo largo de la Historia, y salvando las vicisitudes de cada época, se ha reproducido esta pauta de comportamiento económico.
Por lo que respecta a la industria química, la primera noticia histórica y documental aparece en el siglo XVIII, con referencias a fábricas de alcoholes —téngase en cuenta la importante producción vinícola de estas comarcas—, jabones, fármacos, colorantes, extracción de aceites y artículos pirotécnicos. A todo ello debe sumarse el importante papel que desarrollaron algunos científicos que fijaron en Tarragona su centro de operación o se proyectaron al mundo moderno desde esta ciudad, como el investigador físico-químico Antoni Martí Franqués.
Fue en el siglo XX, sin embargo, cuando se desarrolló de forma progresiva y constante la transformación industrial y la especialización petroquímica, aunque las raíces deban buscarse en la Sociedad Electroquímica de Flix, establecida en 1897 para la producción de hidróxido sódico por electrolisis de la sal común (junto al río Ebro, que era navegable y en cuyo delta ya había salinas).
La ciudad era un núcleo administrativo que, a finales de los años 50, aspiró abiertamente a promover suelo industrial. Las autoridades locales facilitaron la creación de la nueva área industrial que contaba, además, con el Puerto. A mediados de la década de los 60 se produjeron inversiones excepcionales y en poco tiempo proliferaron las factorías con plantas de producción de corte europeo. El fenómeno de la llegada de compañías multinacionales supuso el despegue de la especialización de Tarragona como núcleo industrial químico.
El 14 de marzo de 1971 el Consejo de Ministros acordó emplazar en Tarragona la refinería de petróleos de Catalunya, lo que transformaría la estructura socioeconómica de la zona. La proximidad del puerto —con el polígono Norte que se situó unos 12 km al interior, evitando perjudicar al sector turístico— y el fuerte polo de industria ya consolidado, fueron sin duda los factores determinantes para la selección y que se desarrollara el complejo petroquímico hasta liderar la producción del sector español.
¿Cómo se constituyó la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) y cuál es la misión de la organización que usted preside?
La entidad se constituyó en 1977 para aglutinar y representar a la industria química del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre, así como a todas las empresas y actividades que pudieran contribuir a la consolidación del territorio. La asociación, en todos estos años, ha defendido los intereses del sector en función de las necesidades que se han generado y, a la vez ha generado sinergias con el territorio y con el resto de los agentes involucrados en el sector, siempre con el objetivo de reforzar la competitividad de los polígonos y contribuir al desarrollo sostenible del entorno.
En estos años la asociación ha impulsado pactos entre las administraciones, los sectores productivos y logísticos, los centros de enseñanza y de investigación, los sindicatos y las empresas de servicios con el objetivo de aspirar a la excelencia El Plan Estratégico 2013-2016 plantea la visión de la Asociación sobre la base de ser la agrupación de empresas químicas más competitiva y atractiva del sur de Europa y ser líderes de un clúster de referencia a nivel mundial. La misión se fundamenta en las siguientes bases: potenciar la competitividadglobal de la industria química de Tarragona, liderar el clúster y contribuir al desarrollosostenible del territorio.
Los objetivos generales son:

  1. Fomentar la Competitividad y Sostenibilidad de los polígonos químicos como dinamizador de la economía.
  2. Impulsar el Crecimiento, favoreciendo nuevas inversiones.
  3. Promover la Innovación, a través del desarrollo de nuevos productos y procesos (I+D+i).
  4. Fortalecer la imagen y relaciones de la Industria Química.
  5. Impulsar la constitución y consolidación del clúster.

Estos se completan con los objetivos estratégicosrelacionados con cada uno los objetivos enunciados y el plan de acciones para su ejecución y desarrollo.

¿En su opinión, cuáles han sido los momentos clave de la trayectoria de AEQT?
A partir de la década de los años 80, con los polígonos consolidados, la AEQT es identificada como la entidad que aglutina, representa y defiende los intereses del sector, y con los ayuntamientos democráticos, la dinámica del sector se vuelve más colectiva.
La ordenación territorial y las políticas urbanísticas tanto de la Generalitat como de los ayuntamientos, las nuevas legislaciones más exigentes en materia de seguridad y medio ambiente, junto con los avances científicos y tecnológicos y la necesidad de vertebrarse con la sociedad del entorno, constituyen los nuevos referentes para el sector, más allá de la actividad estrictamente productiva y de su impacto económico.
El 13 de junio de 1987 tuvo lugar el atentado de ETA en el rack que conecta el puerto con la refinería, un suceso que provocó el pánico entre los ciudadanos por la espectacularidad de las llamas al quemar el etileno y otros productos inflamables. Justamente en abril se había aprobado el primer documento del PLASEQTA (Plan de Seguridad Exterior Químico de Tarragona, el primero de todo el Estado en seguridad preventiva), pero no se había podido implantar.
Las compañías comenzaron a construir plantas de cogeneración (generación simultánea de vapor y de energía) para producir electricidad y garantizar un suministro estable, que no proporcionaban las compañías eléctricas lo que provocaba paros de las plantas. En 1990 la Generalitat reconocería el esfuerzo concediendo el premio de eficiencia energética a la AEQT.
En febrero de 1991 tuvo lugar el acto de firma del Pacto de Progreso, la adaptación a la realidad de Tarragona del ResponsibleCare de la química mundial firmado en 1989, un compromiso voluntario de conducta responsable para la mejora continuada de la salud, la seguridad, el medio ambiente y la comunicación con la sociedad. Este documento marca una clara inflexión en la trayectoria de la industria química.
Se firmaron convenios con el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat que sirvieron para desplegar en Cataluña la Red de Vigilancia de la Calidad Ambiental. La colaboración evolucionó hasta que en 2005 se firmó un Convenio Marco con la Consejería de Medio Ambiente, renovado a 2012
En 1994 tuvo lugar la primera Jornada de Puertas Abiertas, abriendo de este modo toda una línea de trabajo y cooperación con la sociedad del entorno.
Como infraestructuras propias, en 1997 entró en servicio el rackc para garantizar el crecimiento de los polígonos, mejorar la seguridad y la competitividad, al tiempo que reducir el impacto ambiental en evitarse el transporte de mercancías por carretera. En 1999 se inició la construcción de los Parques Químicos de Seguridad, Norte y Sur, que entrarían en funcionamiento en 2001. Se dotó de un servicio permanente de bomberos, que reforzaba el de las compañías y mejoraba la seguridad preventiva. Durante 2013 se prevé la entrada en servicio de un emisario único para el polígono Sur.
En este nuevo marco la AEQT, creó en 2002 una Dirección General y confeccionó el primer Plan Estratégico. Al año siguiente se puso en marcha la edición de un boletín informativo, que pasó a ser semanal, y se confeccionó la primera Memoria Pública de la AEQT para explicar las acciones realizadas. También se constituyó el Panel Público Asesor, un grupo de trabajo de personas representativas de los diferentes sectores sociales del territorio donde hay implantación industrial que, a través del compromiso personal adquirido, funciona como un canal de diálogo voluntario entre sociedad e industria para lograr una comunicación efectiva a medio y largo plazo. Finalmente, se puso en marcha, con la Universidad, una herramienta de respuesta a las alarmas y molestias ocasionadas por episodios de olores.
A finales de 2012 entró en servicio el uso de agua regenerada para la refrigeración de procesos, y liberar caudales del agua para uso de boca que suministra el Consorcio de Aguas de Tarragona y destinarlos a usos municipales, contribuyendo al desarrollo turístico del Campo y Terres de l’Ebre.
¿Qué mecanismos se han puesto en marcha para dinamizar la comunicación entre las empresas y conseguir soluciones para los problemas comunes?
La asociación se organiza a través de comisiones de trabajo sectoriales –energía, medio ambiente, seguridad, comunicación, socio laboral y actividades portuarias— además de grupos de trabajo, con un calendario de reuniones periódicas. Estos dos ámbitos cuentan con representación de las empresas y es en cuyo foro confluyen, se debaten, se toman decisiones y acuerdos en base a los objetivos marcados, las necesidades, los cambios tecnológicos o legislativos, las demandas de la sociedad, la interacción con las Administraciones Públicas, etc.
La Asamblea General, integrada por los directores de las compañías afiliadas, es el órgano que aprueba los presupuestos y las cuentas anuales, elige al presidente y aprueba la constitución de los miembros de la Junta General, que tiene carácter ejecutivo, integrada por el presidente, los vicepresidentes, vocales, dirección general y secretario.
En la Asamblea, también están representados otros entes o empresas cuya actividad está vinculada al sector, como AITASA (Aguas Industriales de Tarragona, SA), el Consorcio del Rack Dixquímics y los Parques Químicos de Seguridad. Las herramientas que facilitan las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación, complementan los mecanismos de interacción.
¿A su juicio, cuáles son los principales retos del sector y con qué instrumentos estratégicos los están afrontando ustedes?
Los principales retos para la química, como ciencia, los formuló la UNESCO, cuando la ONU proclamó 2011 Año Internacional de la Química. La alimentación, la salud, el agua potable, la energía sostenible y frenar el cambio climático fueron los retos globales del planeta. En esta línea se trabaja, y fruto de la investigación y la innovación se adaptan procesos y desarrollan nuevos productos orientados a satisfacer el cumplimiento de estos objetivos.
En el ámbito más estrictamente local, de algún modo el DAFO del Plan Estratégico ha identificado las necesidades y retos, como se reflejan en los Objetivos generales descritos, y que también están alineados con las líneas generales de la industria química en el Horizonte de 2030, planteado por FEIQUE y de acuerdo con las directrices de la CEFIC. En síntesis se concretan en el impulso del clúster, conjuntamente con los agentes involucrados en la actividad química: los centros de investigación y formación (Universidad, Instituto Catalán de Investigación Química, Centro de Tecnología Química de Catalunya), las empresas de servicio, los sindicatos y el puerto. El clúster entendido como el trabajo en red, homologado y de transferencia de conocimientos, que revaloriza las fortalezas del conjunto y, por lo tanto, incrementa su competitividad, que es el segundo factor esencial para garantizar el futuro del sector y se logra también orientando la actividad industrial hacia productos de valor añadido.
La cooperación es el modelo sobre el que se cimienta la estrategia para dar respuesta a los retos. Con las Administraciones Públicas (ayuntamientos de las localidades con implantación industrial que en 1991 firmaron el Pacto de Progreso, la Generalitat y la Subdelegación del Gobierno), además de las Cámaras de Comercio. También con la sociedad en su conjunto, a través de las entidades cívicas y organizaciones vecinales, con las que se mantienen reuniones periódicas. Además, la AEQT cuenta con el Panel Público Asesor.

Por ello uno de los ejes prioritarios a impulsar es la formación, junto con la diferenciación. Consistirían en la preparación y el talento, incidiendo tanto en el ámbito universitario como en la preparación de profesionales con los conocimientos específicos que requiere la empresa.
En relación a la aportación de valor diferencial añadido a los productos, procesos, y en definitiva al conjunto del polígono, que permita detectar la demanda del futuro y, así, continuar liderando el mercado sobre la base de la interacción con la I+D+i para garantizar la competitividad. La mejora de las infraestructuras y los servicios, además de la agilidad administrativa constituyen otros pilares sobre los que se cimientan las condiciones de competitividad que han de permitir a las empresas continuar exportando sus productos.
Para pilotar este proceso se ha buscado un perfil profesional en la dirección general, y por primera vez no es nadie procedente del sector. Teresa Pallarés cuenta con experiencia en la gestión pública y ha asumido el compromiso de dar respuesta a éstos retos, que emprendemos con la esperanza de alcanzar el éxito.

¿Cómo está viviendo esta larga crisis económica el colectivo profesional representado en AEQT? ¿Podría proporcionarnos algunos datos sobre el estado del sector en este contexto de crisis?
La asociación ha planteado siempre las etapas de crisis desde la perspectiva de las oportunidades. Por ejemplo, la respuesta a la crisis de comienzos de los 90 fue plantearse la globalización de la producción; es decir, con la mejora de la productividad (procesos más eficientes), infraestructuras (y de ahí surgió el proyecto de Rack propio que permitió el crecimiento y las exportaciones), factores que con la crisis salvan el sector y actúa a la vez como motor dinamizador del territorio.Con todo, la recesión actual no es de carácter cíclico, como las anteriores y dado que la demanda del mercado interno no se ha activado, las asociadas han identificado el mercado exterior como destino de la producción por lo que las empresas asociadas lideran las exportaciones de la industria química española, con una tasa que supera del 60% de la producción, diez puntos superior a la estatal. El liderazgo del polígono químico de Tarragona se materializa en tanto que concentra el 50% de la producción química de Cataluña y el 25% de la producción química total del Estado.
¿En un sector tan competitivo, para aumentar la competitividad en qué se debería inicidir?
Hemos identificado la cooperación como un componente estratégico para nuestras empresas. Impulsamos políticas en esta línea y, en concreto, en la creación de un clúster que incluya al conjunto de los agentes públicos, privados, académicos i sindicales que están involucrados en el sector con la finalidad de reforzar nuestra competitividad y presentarnos, así, como un polo atractivo a las inversiones. No podemos perder de vista que ser competitivos contribuye, además, a asegurar la ocupación estable y de calidad.
Es un factor por el que hemos apostado además del incremento de la calidad en los procesos y de los productos que se fabrican las plantas de Tarragona. Los centros de investigación y de innovación de las propias compañías, y la relación más estrecha con la URV, ICIQ y CTQC instalados en el territorio constituyen una buena garantía.
Pero existen factores exógenos que pueden hipotecar esta competitividad, como son marcos legales muy restrictivos, trámites administrativos demasiado lentos y complejos, incertidumbres en las garantías de precios, de suministro energético, etc., además de la falta de infraestructuras adecuadas, o inexistentes.
En Tarragona el sector ha realizado un esfuerzo muy considerable en el ahorro energético y de agua. ¿Podría valorarlo brevemente?
Si en 1990 ya se reconoció a la AEQT el esfuerzo en eficiencia energética, a través de las cogeneraciones, desde entonces el compromiso ha sido permanente y las mejoras constantes. El ahorro energético, y también de agua, tiene que ver tanto con el compromiso de la industria en contribuir al desarrollo sostenible del territorio como con conseguir una reducción de costes que mejore la competitividad, y también con el cumplimiento de los principios de sostenibilidad.
Sin embargo, actualmente este esfuerzo no tan sólo ni se valora sino que se penaliza al sector con un incremento del 30% de la tarifa eléctrica, un factor de pérdida de competitividad. Sin la transposición de la directiva europea que ha de permitir el tratamiento de los polígonos como un ciclo cerrado, el sector está abocado a no poder equipararse a los clústeres europeos. Lejos de favorecer y primar el esfuerzo de las compañías con inversiones para incidir en el ahorro energético, ha puesto punto y final a las ayudas públicas a la cogeneración eléctrica. En el polo químico de Tarragona se iniciaron inversiones destinadas a esta fuente de energía para reducir los costes. Por otra parte, las medidas propuestas por el gobierno en fiscalidad energética gravaran la producción de este sector, consumidor intensivo de energía.

La noticia positiva, sin embargo, es la sustitución del agua potable por agua reutilizada, para aplicaciones industriales. La AEQT, la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) y AITASA suscribieron un acuerdo por el cual la industria renuncia a la caudales de agua potable comprometidos con el Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT) y asume la gestión de la planta de regeneración de caudales procedentes de un sistema de depuración terciario, procedente de las plantas de Tarragona y Vila-seca. El subministro de agua regenerada se inició a finales de 2012 con un 30% de la capacidad que, al completar la etapa inicial será de 6,8 Hm3.

¿Qué es más importante en este momento: el mercado doméstico o el mercado exterior?
El mercado para nuestros productos es global. Con todo, es conocido que la demanda interior se ha ido debilitando en los últimos años, en nuestro sector y en general. En su momento, la industria química estuvo atenta a los cambios de la demanda y empezó a trabajar para establecer las bases del nuevo modelo de crecimiento y de negocio.
¿Cómo contempla desde su perspectiva la evolución del proyecto del Corredor Mediterráneo y qué representa esta infraestructura para su sector?
El Ministerio de Fomento respaldó la propuesta presentada por los agentes productivos y logísticos de Tarragona que consiste en una conexión provisional para enlazar el ancho ferroviario europeo, que sólo dista 80 kilómetros, desde Tarragona a Castellbisbal, hasta que se ejecute el proyecto definitivo del Corredor del Mediterráneo. El tercer carril, provisional, unirá el Puerto de Tarragona con el UIC en Castellbisbal, es la solución rápida y pragmática que abrirá la puerta europea, acabando así con el agravio que padecemos respecto a otros centros de producción europeos.
Las compañías ya han manifestado que la llegada del ancho europeo constituirá sin duda un polo de inversión y de hecho ya empiezan a complementar la inversión pública con proyectos propios. Esta reacción inmediata de las compañías da cuenta de la importancia que éstas confieren al ancho europeo ferroviario, y algunas valoran el futuro hub logístico de Tarragona como bisagra entre Centroeuropa y Oriente Medio.
Como ejemplos, un mes después que Fomento licitara la obra, el operador logístico Bertschi ya inauguró una estación en el interior de la planta de Bayer. Por su parte, BASF ha presentado su propuesta de estación intermodal, con una inversión de 24 M€, que impulsará junto con COMSA, Contank y CFL.
Y, para finalizar, ¿en el caso concreto del Complejo Repsol en Tarragona, qué elementos destacaría?
Destacaría en primer lugar que éste Complejo es el único centro en el que confluyen las actividades de Exploración, Refino, Química y Marketing de Repsol.
Por otro lado, destacar que disponemos de unas instalaciones con un alto grado de competitividad. Hemos ampliado la producción de crudo de la Plataforma Casablanca, la Refinería tiene un esquema de producción bien adaptado a estos tiempos de crisis que estamos viviendo, y disponemos de unas instalaciones de Química con un alto grado de diversidad de productos, lo que también permite afrontar en mejor posición los distintos ciclos económicos.
Todo ello representa una actividad en la que trabajamos de forma directa 3.000 personas, entre personal propio y compañías de servicios con un alto grado de profesionalización, y totalmente integrada en el sector económico del territorio.
¿Cuáles son los principales retos y oportunidades de futuro para este complejo?
Los principales retos van enfocados a dos pilares básicos: por un lado mantener e incrementar la eficiencia de nuestros procesos, mediante los programas intensivos que llevamos en los distintos campos en este sentido, y por otra parte diversificar aún más los productos que producimos en el área Química, con el fin de incrementar la diferenciación de nuestros productos y el valor añadido obtenido de los mismos.
Estos dos ejes, mejora de eficiencia y diferenciación, son la clave del mantenimiento de la competitividad actual y futura.

Xavier Duran – Albert Punsola
Más información:
www.aeqt.com