El sector sanitario como motor de recuperación económica

El sector sanitario como motor de recuperación económica

noviembre 26, 2011 Desactivado Por inQualitas
Eduardo Serrat
Eduardo Serrat
Gerente de Centro Médico QMS
«El sector sanitario puede ser un motor económico en la recuperación que todos esperamos»

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona, máster en Gestión y Administración Sanitaria Hospitalaria por la Universidad Paris-Dauphine y máster en Gestión Integrada de Centros Sanitarios (ALIAD). Entre 1998 y 2008 ocupó diversos cargos directivos en el grupo USP-Hospitales; en el que ha sido director general adjunto, consejero delegado de USP-Instituto Universitario Dexeus y, entre 2004 y 2006, consejero delegado de USP-Cataluña. En el ámbito de la gestión pública ha sido gerente del Hospital Sant Jaume de Olot (Girona) y del Consorcio Hospitalario de la Cerdaña.

¿Qué es QMS y cuál es su relación con el grupo asegurador AEGON?
Quality Medical Service (QMS) es un grupo de clínicas creadas en 1990 adoptando el modelo estadounidense de sanidad estrictamente privada, un ‘’Clúster de Médicos’’ que nosotros complementamos con servicios a algunas mutuas. QMS pertenece al grupo asegurador holandés AEGON y en la actualidad contamos con dos centros, uno en Barcelona y otro en Madrid. En total son 3.000m2 de instalaciones donde trabajan 260 personas (160 médicos especialistas). Ofertamos 23 especialidades médicas diferentes e invertimos anualmente más de 600.000 euros en tecnología. Durante 2010, sólo la clínica de Barcelona, atendió a 25.000 pacientes realizando cerca de 250.000 actos médicos y visitas pero también pruebas diagnósticas y chequeos. Diariamente en QMS se realizan más de 1.000 visitas y se atienden a más de 1.300 llamadas telefónicas.
¿Qué ventajas ofrecen a los médicos que colaboran con QMS? ¿Cuál es el valor añadido para el paciente?
El nuestro es un modelo orientado a la sanidad privada de calidad y para ello el médico debe sentirse bien tratado. Nuestra función es unificar bajo una misma marca a los mejores profesionales de cada especialidad, poniendo a su alcance los máximos avances técnicos y científicos y liberándolos de trabajos superfluos como pueden ser funciones administrativas. Eso entronca con el valor añadido que damos el paciente, tanto el particular como el corporativo, ya que por nuestra ubicación trabajamos para muchas empresas. Si el médico está cómodo trabajando y está bien retribuido surge la excelencia en la atención al paciente y éste automáticamente mantiene su confianza y actúa como prescriptor nuestro a familiares y amigos.
Desde su experiencia como gestor sanitario público y privado, ¿era previsible que llegáramos a la situación actual en la que está en cuestión el futuro del sistema sanitario público?
En mi opinión no podemos cuestionar la viabilidad del sistema sanitario público, entonces sí que se daría un verdadero colapso. Es un derecho universal y un pilar fundamental de nuestro estado del bienestar. Dicho esto, era y es un secreto a voces que el sistema es ineficiente y que la gestión de muchos centros públicos no cumplía con los criterios básicos de cuadrar ingresos y gastos. La crisis ha convertido esto en más evidente. Sin embargo no creo que la esencia del problema sea la gestión, que sí es la consecuencia. No podemos centrar toda la crítica en el médico que es, junto al paciente, el eslabón más débil, sino las diferentes políticas públicas realizadas en torno a la salud.
¿Cree usted entonces que la responsabilidad ha sido de los políticos?
A mí la palabra responsabilidad no me gusta, pero sí creo que faltó visión de futuro y estrategia en muchas de las decisiones que hemos tomado desde el sector durante los últimos 25 años. Hemos creado un modelo sanitario de país rico sin serlo, en el que si un centro tenía pérdidas se esponjaban en el siguiente presupuesto bajo el concepto erróneo de que la sanidad es deficitaria per se. Me remito al ejemplo de Catalunya y me pregunto si hacía falta que cada catalán tuviese a menos de cuarenta kilómetros un hospital de referencia. O si cada uno de dichos hospitales debía haber realizado inversiones carísimas en equipamientos infrautilizados que después no han amortizado. No hubiera sido mejor potenciar las infraestructuras o los transportes o compartir servicios entre municipios. Yo, que he gestionado hospitales públicos de ciudades medianas, recuerdo los argumentos de muchos alcaldes defendiendo que su hospital debía ser, como mínimo, igual que el del municipio vecino costase lo que costase…
¿En su opinión, qué papel deberá jugar el sector privado dentro del sistema sanitario español?
Hasta ahora hemos sido competidores en lugar de complementarios con lo público, por lo que el sector privado en su momento también debería haber realizado las cosas de forma diferente. Pero tanto unos como otros no hemos encontrado el camino de la colaboración. Hemos llegado a ofertar los mismos servicios. Esto ha creado ineficiencias en ambos sistemas que tal vez ahora puedan solventarse si se crea un verdadero marco de colaboración público-privado de salud, recuperando lo mejor de ambos sistemas para el paciente y para el profesional.
España pasa por tener uno de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo. No obstante, los recortes y los ajustes están mermando su calidad. ¿Están notando un trasvase de pacientes de la sanidad pública a la privada?
Lo que sí estamos viendo es que determinados pacientes que antes no hubiesen acudido a un centro privado, tal vez por la ampliación de listas de espera, acuden a QMS a recibir determinados tratamientos. Son situaciones que se pueden solventar en días o semanas y que de la otra manera durarían meses e incluso años. Ante la incertidumbre de la situación acuden a nosotros.
¿Cuál es su propuesta para integrar la medicina privada en el sistema sanitario español?
España tiene 17 modelos sanitarios, y no es comparable Catalunya con una fortísima participación privada, genésica en la creación de su propio modelo público y con una fuerza mutualista importante, con la Comunidad Valenciana, Madrid, Andalucía o Navarra, con ecosistemas diferentes y con necesidades diferentes. Junto a la complementariedad antes citada, yo creo que el futuro pasa por adaptar modelos de gestión privada para los centros públicos, que, de ninguna manera, significa la privatización de éstos y ante la que estoy en contra. Estamos hablando de una gestión privada de los recursos sanitarios públicos. Para hacerlos más eficientes, deben ser las mismas autoridades las que busquen fórmulas que pueden ser el copago, incentivos fiscales, desgravaciones, salarios por objetivos, etc.
¿Hasta qué punto los incentivos fiscales como la desgravación pueden constituir un estímulo para el crecimiento de la sanidad privada?
Cualquier estímulo y ayuda a la iniciativa empresarial es importante para cualquier tipo de negocio. Sin embargo como gestor sanitario privado me gustaría que muchos de los consejeros de salud de las comunidades autónomas recuerden que ellos son también responsables de la sanidad privada y a menudo parece que se olvidan de ello. Es difícil que apuesten por una colaboración entre ambos sistemas si no nos tienen presentes en sus marcos mentales y ven en qué podemos ayudarles.
Barcelona cuenta con centros médicos de reputación mundial. ¿Cree que la capital catalana puede convertirse en un referente en el ámbito del turismo sanitario?
Más allá del turismo sanitario, Catalunya ha tenido y tiene un sector Healthcare muy potente. Algunos centros de investigación son referentes internacionales; no le descubriré la fuerza de la empresa farmacéutica y las clínicas y centros de salud, tanto públicos como privados son de primer nivel. Todo ello sin olvidar la altísima formación de todo nuestro personal sanitario. La mezcla de todo esto ha revertido en la excelencia de nuestro modelo. Yo creo que, una vez que superemos estos momentos difíciles, el sector sanitario catalán, público y privado, puede ser un pilar fundamental y un motor, en la recuperación económica que todos esperamos.
Más información:
www.centromedicoqms.com
QMS
Abel Sierra