¿Cuándo se creó Farmaindustria y cuáles son sus objetivos?
Farmaindustria nace en 1963 como la Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica establecida en España, con la misión de colaborar con las Administraciones Públicas para configurar un marco regulador estable que propicie el crecimiento equilibrado y sostenible del mercado, el aumento de las actividades de I+D y el desarrollo de la industria farmacéutica. Asimismo, nuestra asociación potencia la percepción pública de la industria farmacéutica y del medicamento, transmitiendo a ciudadanos, líderes de opinión y responsables públicos el valor que aportan las medicinas a nuestro progreso social y a nuestra calidad de vida. Por último, proporcionamos servicios de valor añadido a los laboratorios asociados en los campos de la información, el asesoramiento y la colaboración empresarial, y representamos a la industria farmacéutica establecida en España, tanto a nivel nacional como internacional.
Actualmente, ¿qué porcentaje de laboratorios farmacéuticos establecidos en España están asociados a Farmaindustria?
Farmaindustria acoge a las compañías farmacéuticas de base innovadora que tienen, por tanto, productos propios. En la actualidad cuenta con 196 laboratorios asociados, que representan, en términos de ventas, más del 95% del mercado de prescripción de medicamentos con marca.
Probablemente el gasto público farmacéutico ha sido uno de los grandes temas de debate en los últimos años. ¿En qué situación está y cómo valora la asociación las medidas que han adoptado los distintos gobiernos para la reducción de este gasto?
Las medidas de política farmacéutica adoptadas en los últimos años (especialmente las contenidas en los Reales Decretos-Ley 4/2010, 8/2010, 9/2011 y 16/2012) han dado lugar a una ruptura estructural en el comportamiento de la serie de gasto farmacéutico, y los impactos de todas ellas para la industria farmacéutica han sido muy importantes, llevando a muchas compañías a una situación crítica.
Así, desde 2010, el gasto farmacéutico a través de oficina de farmacia está decreciendo de manera rápida y drástica. Según nuestras estimaciones, a finales de 2013 el gasto público en medicamentos será de unos 8.600 millones de euros, un 33% inferior al de mayo de 2010 —momento de máximo gasto anualizado en España—, situándose en niveles similares o menores al de hace diez años. También en materia de gasto hospitalario las previsiones apuntan a tasas ligeramente negativas a finales de 2013.
Podemos afirmar, pues, que el gasto farmacéutico está hoy controlado y ya no representa un problema ni para la sostenibilidad del sistema sanitario ni para la reducción del déficit público, objetivos ambos para los que el sector farmacéutico ha dado sobradas muestras de compromiso.
El farmacéutico es quizá el sector líder en inversión en I+D. ¿Cómo valora la evolución de esta inversión en los últimos años?
El farmacéutico es el sector industrial que más invierte en I+D en España al destinar, en 2011, 980 millones de euros a estas tareas, lo que representa casi el 20% del gasto total en I+D llevado a cabo por el conjunto de la industria española. Este porcentaje resulta especialmente significativo si se tiene en cuenta que la cifra de negocio de las compañías farmacéuticas únicamente supone el 2,5% del total industrial. No obstante, como consecuencia de las fuertes medidas de contención que se están adoptando sobre el gasto farmacéutico en estos últimos años, las inversiones en el último ejercicio han decrecido, situándose por primera vez desde 2009 por debajo de los 1.000 millones de euros.
En los países desarrollados la mayor parte de la inversión en I+D suele ser del sector privado, pero en España parece que no es así. ¿A qué lo atribuye?
Es verdad que el gasto en I+D que realizan actualmente las grandes empresas españolas es todavía reducido en comparación con el registrado en países de nuestro entorno y ello responde a múltiples factores, entre ellos, sin duda, la falta de tradición investigadora y que la I+D no ha sido considerada una prioridad para afianzar la competitividad española hasta hace relativamente poco tiempo. Con el fin de reducir esa diferencia, fue aprobada la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2013-2020, destinada a estimular el crecimiento de los niveles de inversión como instrumento para impulsar el conjunto de la I+D empresarial. El objetivo para 2020 pasa por duplicar el esfuerzo investigador del sector empresarial español en relación al PIB, lo que supondría pasar de una situación como la actual, en la que por cada euro invertido en I+D por el sector público se invierten 0,86 € por el sector privado, a una situación en 2020 en la que por cada euro público invertido en investigación se invertirían 1,70 € por parte del sector privado. Este ambicioso objetivo únicamente podrá lograrse a través de la potenciación de los sectores líderes en I+D, por lo que la importancia de un sector como el farmacéutico es crítica.
En el campo farmacéutico, ¿existe una colaboración positiva entre las industrias, por una parte, y las universidades y centros públicos de investigación por otra?
La industria farmacéutica es una gran dinamizadora de la I+D realizada en centros públicos y la colaboración entre los dos entornos, el público y el privado, no puede ser más enriquecedora. De hecho, el 43% de la inversión total que las compañías farmacéuticas destinaron a I+D en 2011 se dedicó a contratos de investigación con hospitales, universidades y centros públicos de investigación, lo que se conoce como I+D extramuros. Esta colaboración externa ha cobrado mayor peso en los últimos años, como evidencia el hecho de que en 2003 el gasto en I+D extramuros que llevaba a cabo el sector representaba el 35,4% de la inversión total.
La llamada “fuga de cerebros” vuelve a ser, lamentablemente, actualidad. ¿Cree que estamos perdiendo buenos profesionales o titulados con mucho futuro debido a la crisis o a otros problemas de la industria española?
Sin ninguna duda, las dificultades por las que pasa nuestra economía, y que tanto reflejo están teniendo en el mercado laboral, están propiciando que un buen número de trabajadores, incluidos aquellos más cualificados, busquen en el extranjero las oportunidades que no encuentran en España. Y este fenómeno se está produciendo en todos los ámbitos, también en el farmacéutico. Si bien nuestro sector sigue pudiendo presumir de ser fuente de empleo estable (más del 90% es personal fijo), altamente cualificado (la mitad son titulados universitarios), con alta presencia de empleo femenino (50%), y con el mayor ratio de toda la industria en empleos en I+D, lo cierto es que la caída del mercado farmacéutico está repercutiendo también en el empleo del sector, y en los últimos años se han perdido 6.000 puestos de trabajo. Ni como país ni como sector empresarial de futuro podemos permitirnos esta deriva, cuyas secuelas se ven ya pero podrían ser aún mucho más perceptibles en el medio plazo si no se revierte el rumbo.
En la última asamblea general Farmaindustria reclamó que la aprobación de nuevos tratamientos se agilice y se alinee con los estándares europeos. Concretamente, ¿qué dificultades presenta este tema en España en estos momentos?
Hasta hace muy poco tiempo, el acceso de los pacientes españoles a los medicamentos innovadores era uno de los mejores del mundo, tanto por la amplitud de la oferta como por su disponibilidad; acceso que, además, se venía produciendo a uno de los costes más bajos de Europa en términos de precios. Sin embargo, las tensiones económicas y financieras no están favoreciendo recientemente la incorporación al mercado de algunas novedades terapéuticas, así como el acceso al mismo en términos de equidad en las distintas comunidades autónomas.
De hecho, asistimos con preocupación a la evolución tan decreciente de las cuotas de mercado de medicamentos innovadores tanto en farmacia como en hospitales. Baste decir que en 2009 el 5,8% de los fármacos consumidos en hospital eran principios activos aprobados en los 3 últimos años, frente al 2,7% en 2012. Estas dificultades de acceso que encuentran los nuevos medicamentos son un problema que afecta no sólo a nuestras compañías, sino también, y sobre todo, a pacientes, médicos y al propio sistema sanitario. Sin incorporación de innovaciones, no hay avance terapéutico.
Uno de los objetivos de la asociación es potenciar la percepción pública del sector. ¿Cómo valora la imagen actual?
En Farmaindustria trabajamos con ahínco para trasladar a la sociedad todo el valor que aporta esta industria desde el punto de vista empresarial, social y sanitario. Creemos que cada vez más el sector farmacéutico es más conocido y por tanto mejor valorado por la sociedad, y a ello contribuyen, sin duda, unas cartas de presentación de la que pocos otros sectores pueden presumir.
La industria farmacéutica está comprometida con la salud, compromiso que solo finaliza cuando el paciente accede a uno de nuestros productos; lidera el I+D de este país, generando una actividad que crea conocimiento y progreso; mantiene una actividad industrial relevante y de alta tecnología, con vocación exportadora; genera empleo de calidad; anima científicamente centros de investigación, hospitales y centros de salud, con ensayos clínicos, estudios etc; y es una importante aliada del Sistema Nacional de Salud y de sus responsables políticos, para garantizar su viabilidad y asegurar sus objetivos. Estas son las características que tienen que configurar nuestra imagen como sector y que hemos de ser capaces de trasladar a la sociedad.
Aunque siempre es difícil hacer pronósticos, ¿cómo cree que serán para el sector el tramo final del 2013 y el año próximo?
Como antes señalaba, consecuencia de las medidas ya tomadas, 2013 concluirá de nuevo con una caída del mercado, en torno al 10%, pero confiamos en lograr un entendimiento y trabajo en común con el Gobierno, a través especialmente del Ministerio de Sanidad, para que en 2014 podamos retomar una senda de crecimiento sostenible, es decir, al ritmo que lo haga nuestra economía y recuperar nuestra posición como una de las locomotoras en la economía española.
Confiamos totalmente en nuestras señas de identidad —innovación, calidad, y competitividad— como herramientas de trabajo, y estamos seguros que con un trato equilibrado de las administraciones públicas para nuestro sector, que permita a las empresas farmacéuticas adoptar estrategias de negocio a medio y largo plazo, nuestra aportación a la sostenibilidad de la sanidad española y al desarrollo de un nuevo modelo productivo puede ser relevante.
Xavier Duran – Albert Punsola
