Educación y formación en el tiempo libre de niños y adolescentes
noviembre 30, 2015
Josep Oriol Pujol
Director General de la Fundació Pere Tarrés
El IVA es un coste excesivo para el tercer sector social y una desventaja en la concurrencia competitiva para prestar servicios a la administración
Josep Oriol Pujol i Humet es licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona, diplomado en Dirección y Administración de Empresas por ESADE-Universidad Ramon Llull y PADE por IESE-Universidad de Navarra. Ha ocupado diversos cargos en la entidad desde 1984 y es también miembro del Consejo Ejecutivo de la Universitat Ramon Llull, de la que ha sido profesor de Psicología social y de diferentes cursos i postgrados universitarios. Forma parte también del patronato y junta directiva de diversas fundaciones y asociaciones, así como de diversos órganos consultivos y de participación de la Generalitat de Catalunya, Ajuntament de Barcelona y es jurado de premios convocados por diversas instituciones. Publica periódicamente reflexiones en prensa general y en revistas especializadas y es autor del libro, publicado en catalán en 2012, Persona i Iniciativa Social.
Se suele reducir la educación de los niños al ámbito escolar o familiar. ¿Por qué es tan importante la formación en el tiempo libre?
Por la proximidad generacional entre los monitores jóvenes y los niños. Porque el menor marco normativo que requiere facilita la transmisión de hábitos y actitudes que se concretan en valores. La laxitud con la que el menor afronta el disfrute del tiempo libre propicia un marco idóneo para la intervención educativa. Porque es en el tiempo libre donde existen mayores posibilidades de crecimiento personal e incorporación de los hábitos positivos, así como el espacio que se debe cuidar para evitar riesgos en la formación de niños y jóvenes.
La Fundación que usted dirige tiene una trayectoria acreditada en éste y otros aspectos formativos. ¿Podría ofrecernos una breve descripción de su pasado?
En los difíciles años de la postguerra civil diversas parroquias y escuelas religiosas promovieron colonias de vacaciones. Estos grupos se dirigieron a Cáritas para que apoyase sus actividades. En el marco de Cáritas de Barcelona, nace un grupo de apoyo al tiempo libre educativo que con la transición deviene la Fundación Pere Tarrés. Toma el nombre del médico y sacerdote Pere Tarrés por su compromiso con la juventud, especialmente desde la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña antes de la guerra. Pere Tarrés no funda propiamente la entidad, pues murió en 1950 a los 45 años.
Más de 17.000 niños participan en las actividades de verano de la Fundación Pere Tarrés gracias al apoyo de 3.500 monitores, la mayoría voluntarios
Y unas pinceladas sobre sus principales líneas de actuación en la actualidad.
La Fundación tiene tres grandes áreas de actividad. Apoyo al tiempo libre y la acción social a partir de una federación de 210 centros de tiempo libre en toda Cataluña, en la que participan 17.000 niños y niñas y 3.500 monitores voluntarios. En su marco se reúnen los monitores, los grupos de adolescentes, y se estructuran territorialmente. Se edita una revista, se crea un espacio virtual de interrelación así como grupos por áreas de interés: adolescencia, cooperación, inmigración, espiritualidad…
Una segunda federación agrupa los 22 centros socioeducativos que cada tarde acogen en torno a los 2.000 menores en situación de vulnerabilidad social, les facilitan la merienda, la realización de los deberes así como un espacio de refuerzo escolar y de animación del tiempo libre. El apoyo económico, el intercambio de buenas prácticas son las finalidades principales de la Fundación hacia los centros socioeducativos.
La segunda área de actividad es la formación. A nivel no reglado formamos 16.000 alumnos cada curso en cursos de monitores y directores de tiempo libre, animación sociocultural, atención a la infancia en riesgo de exclusión, educación medioambiental, gestión de pequeñas entidades no lucrativas, trabajadores familiares, cursos ocupacionales, etc. la Fundación es también titular de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés que imparte estos dos grados, así como diversos másteres oficiales y cursos de postgrado en ámbitos como la gestión de servicios sociales, de ONG, de residencias para personas mayores, inserción laboral, mediación de conflictos… Desde estos ámbitos de formación se promueve también la investigación y la consultoría.
En tercer lugar, se prestan servicios desde una red de albergues de juventud y casas de colonias. Se atienden grupos de escolares a través de programas de educación ambiental, se organizan colonias de vacaciones en verano, en especial para la infancia en riesgo social. Las casas de colonias y albergues están habitualmente a disposición de los centros de tiempo libre para las colonias de vacaciones, así como actividades de fin de semana.
Por último, la fundación gestiona servicios para las escuelas: monitores para el comedor escolar, para las actividades escolares así como para campamentos urbanos en la propia escuela durante los meses de verano. También gestiona una red de 25 guarderías así como otros servicios públicos como centros socioeducativos, centros cívicos, centros juveniles, talleres, centros de mayores y actividades educativas entorno a las nuevas tecnologías.
Cada año, más de 16.000 alumnos se forman en cursos de monitor y director de tiempo libre en la Fundación Pere Tarrés
Vamos a intentar centrarnos en algunas de estas actividades. Puesto que nuestra revista la consultan personas jóvenes en formación o a la búsqueda de empleo, ¿podría exponernos su actividad en la formación de monitores y directores de tiempo libre? ¿Cómo garantizan su profesionalidad? ¿Cómo funciona su bolsa de trabajo?
Nuestro planteamiento inicial con la formación de monitores y directores de tiempo libre es dotar de jóvenes formados voluntarios a los centros de tiempo libre. Con todo, muchos de ellos y de forma complementaria a los estudios pueden encontrar trabajo los mediodías en centros escolares a través de la Fundación u otras organizaciones que prestan servicios de monitoraje en las escuelas, así como actividades remuneradas durante el verano. La página web de la Fundación oferta plazas de trabajo así como las prácticas de los cursos pueden facilitar el acceso a puestos de trabajo. Ocasionalmente también ofertamos cursos ocupacionales de monitor o trabajadoras familiares con un nivel elevado de inserción profesional.
Los Casales Infantiles, los campamentos de verano y las casas de colonias tienen un gran peso en su actividad. ¿Podría resumirnos sus principales aportaciones?
Se trata de actividades educativas en el marco del tiempo libre en la que niños y niñas realizan un programa diverso de actividades. A través de éstas incorporan unos hábitos y actitudes a su forma de actuar a partir de los cuales van interiorizando los valores que nuestra propuesta educativa propone. Además, en un plano más concreto se puede profundizar en la práctica del inglés, de deportes diversos, favorecen la sociabilidad, viven experiencias poco habituales cerca de la naturaleza e incrementan la autonomía personal. Se trata de actividades educativas integrales propuesta por unos monitores cercanos generacionalmente a los participantes.
También en verano, la Fundación Pere Tarrés organiza campamentos urbanos para niños y niñas en situación de vulnerabilidad social
¿Tienen otras líneas de actuación para completar estas estancias con actividades prácticas además de lúdicas, como por ejemplo la introducción a la ciencia o a la tecnología?
Desde hace dos veranos realizamos unas colonias centradas en el desarrollo de videojuegos. Cada vez más las familias buscan el valor de los aprendizajes que las actividades de verano pueden ofrecer. Para nuestra Fundación la principal aportación es en valores y hábitos de comportamiento, pero en absoluto descuidamos el inglés, la práctica deportiva, etc.
Y en cuanto a la vertiente de formación del –y en el– entorno familiar del niño?
A pesar de ofertar algunas formaciones en base al modelo de escuela de padres e incluso colonias familiares en algún puente o durante el mes de agosto nuestra mayor aportación se centra en la educación de los hijos. Entendemos que los niños y niñas autónomos, socialmente abiertos, respetuosos, dinámicos y con inquietudes facilitaran también un gran nivel de convivencia familiar.
¿Disponen de o gestionan albergues juveniles? ¿Se coordinan con otras fundaciones u ONG españolas para dar un mejor servicio en éste y en los demás aspectos de su actuación?
La Fundación dispone de un albergue juvenil en Barcelona y de una red que 15 albergues y casas de colonias para las actividades de escuelas y centros de tiempo libre y también propias.
La Fundación Pere Tarrés forma parte de DIDANIA, una plataforma española de entidades de promoción del tiempo libre. Nuestra oferta de albergues y casas de colonias incluye instalaciones en diversas comunidades autónomas españolas.
La Fundación dispone de un albergue juvenil en Barcelona y de una red de 15 albergues y casas de colonias para las actividades de escuelas y centros de tiempo libre y también propias
En cuanto al voluntariado en general y a las preocupaciones que comparten con las entidades del tercer sector ¿cómo valora la actuación de su colectivo y de la sociedad en general en estos tiempos de dura crisis económica y social que estamos padeciendo?
A pesar de que los monitores y monitoras no se consideren voluntarios en el concepto habitual es cierto que su trabajo educativo se realiza desde el voluntariado. Su aportación durante los años de la crisis económica, así como la habitual, es una verdadera escuela de ciudadanía para la infancia y para ellos mismos. La contribución solidaria a través del compromiso en proyectos de interés general es determinante para el equilibrio y la cohesión social. .
¿Puede resumirnos algunas de sus inquietudes como directivo especializado en este sector? ¿Y algunas propuestas de mejora de su colectivo profesional para paliar esta situación?
Preocupan las grandes carencias sociales que la crisis económica ha agravado y en especial la vulnerabilidad social de los menores, de muchos jóvenes que ni se han formado profesionalmente ni han tenido oportunidades laborales en sus años de juventud. Preocupan las familias sin techo estable, las personas mayores con unas pensiones mínimas, la crisis energética para muchas familias mientras se compensa al sector empresarial rápidamente cumpliendo los compromisos que la administración haya podido tomar.
Las entidades sociales debemos realizar un esfuerzo de profesionalidad y eficacia para denunciar las injusticias, las causas de la vulnerabilidad social así como procurar atender a las personas que las sufren.
Me preocupa un pensamiento dominante que atribuye todas las responsabilidades sociales a la administracion y donde las entidades sin ánimo de lucro tienen únicamente una función subsidiaria. A nuestro entender la persona sana socialmente es responsable de su entorno y se implica desde la contribución económica hasta el esfuerzo personal voluntario con quien pueda necesitarlo.
Me preocupa la no discriminación positiva por parte de la administración favoreciendo la actitud económica autónoma de las entidades sociales. Actualmente éstas son discriminadas en concursos de gestión de servicios públicos en favor de empresas mercantiles multiservicio. El IVA es un coste excesivo para el tercer sector social y una desventaja en la concurrencia competitiva para prestar servicios a la administración.
Redacción Barcelona
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www.peretarres.org/
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