Cambio climático e incompetencia política
enero 2, 2025 Desactivado Por inQualitasEl 29 de octubre de 2024 en Valencia la furia de la naturaleza, unida a la escasa capacidad gestora de las autoridades, supera todo lo imaginable. La reacción solidaria del pueblo sencillo hacia los afectados ha evidenciado una vez más la incapacidad de una clase política meramente reactiva, nunca propositiva y previsora.
Por desgracia, este tipo de catástrofes pueden no ser tan extraordinarias en el futuro. Así lo confirman las vigorosas invasiones de polvo sahariano en las últimas primaveras. En 2023, precedieron al verano más cálido desde que se tenían registros. Pero el de 2024 ha batido el récord. En palabras del secretario general de la ONU. António Guterres: “La era del calentamiento global ha terminado, ha llegado la era de la ebullición global”.
En el espantoso verano del 23 la extensión de superficie quemada en el Mediterráneo oriental rebasó la medida, y al otro lado del océano mil fuegos ardieron en Canadá, arrasando quince millones de hectáreas de bosque. Incluso la isla de Maui en las Hawái fue devorada por el fuego. El olor a quemado llegó hasta las mansiones mejor protegidas. Y si no alcanzaba a activar el olfato de los superpotentados de la tierra, en especial de los que han basado hasta ahora su negocio en la quema de hidrocarburos, pudieron contemplar a sus buques de carga paralizados en el canal de Panamá. La desecación de las reservas de agua necesarias para regular el sistema de compuertas entre los dos océanos tampoco hace prever un futuro muy halagüeño para esta vía comercial.
Según los meteorólogos en 2024 hemos padecido el verano más cálido de los últimos 120.000 años. Con el aire acondicionado a toda marcha, los negacionistas del cambio climático han tenido que esconderse en sus madrigueras. Pero las olas de calor, cada vez más frecuentes e intensas, se irán cebando con todos, incluidos los felices propietarios de los aparatos de refrigeración que no paran de acrecentar el calor externo en las calles. Si éstos son los veranos que nos esperan, los otoños, en especial en el área mediterránea, por desgracia, se parecerán al que acabamos de experimentar en Valencia, Murcia y Andalucía.
Es una tétrica evidencia: la misma tierra que nos sostiene a todos se está vengando de quienes —ricos, pobres o medianos— la violamos de manera sistemática. Pero no importa, el lobby del petróleo seguirá pagando toda clase de fiestas y llenando los bolsillos de los negacionistas. No es desatinado pensar que entre los subvencionados estén precisamente algunos de los políticos que tenemos en nómina y los propagandistas que contratan a su vez. Encima la superélite del hidrocarburo y sus corifeos en el dominio del discurso político global se dedican a organizar curiosas interpretaciones corales, como las llamadas Conferencias de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. La COP 28, reunida en diciembre de 2023 en Dubai (!), reservó la presidencia de la cumbre a uno de los líderes del lobby del petróleo. La COP del año 24 se ha congregado (¡precisamente!) en el Estadio Olímpico de la capital de Azerbaiyán, otro de los grandes exportadores de combustibles fósiles. Una tan descarada exhibición de humor negro era inédita hasta ahora en esas selectas asambleas.
Francesc Ribera