La moto en Cataluña toca fondo
septiembre 4, 2011Abel Sierra Calvo es licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull de Barcelona y postgrado en Dirección de Comunicación por la UOC (Universitat Oberta de Catalunya). Forma parte del equipo de redacción de InQualitas, y ha trabajado como responsable de Economía en la Agencia Catalana de Noticias (ACN) y como corresponsal en Cataluña del Diario Negocio, además de en otros medios de comunicación de prensa y radio.
- En dos años, Honda, Derbi y Yamaha han anunciado el cese de su actividad en sus plantas catalanas.
- La patronal Anesdor asegura que el sector vive la mayor crisis de la historia, y responsabiliza a la Administración de algunos errores que han condenado a la moto a la situación actual.
En el último medio siglo, Cataluña se había convertido en el principal polo de la industria de fabricación de motocicletas y ciclomotores en España, llegando a concentrar el 84% del mercado. Multinacionales japonesas e italianas apostaron por la producción de vehículos de dos ruedas en Cataluña, sumándose a un gran número de fabricantes locales, como Ossa, Sanglas, Montesa, Bultaco o Rieju.
Pero en los últimos años hemos asistido a un progresivo desmantelamiento de esta industria. Según el Informe del sector de las Dos Ruedas en España, realizado por la consultora PWC, el país ha llegado a sumar más de cien marcas locales. Hasta 2007, España ocupaba la segunda posición europea en el ranking de productores, por detrás de Italia, mientras que ahora ocupa la sexta posición.
Y esta situación es especialmente grave para Cataluña. En pocos años, tres de los cuatro fabricantes más importantes con presencia en España han anunciado el cese de su actividad. Primero fue Honda, que en 2009 despidió a 160 empleados en la fábrica de Santa Perpetua de Mogoda, la práctica totalidad de la plantilla. Luego Yamaha ha confirmado el cierre de la planta de Palau-solità i Plegamans, lo que supone dejar sin trabajo a 430 empleados. La última ha sido Piaggio, que ha dado a conocer sus planes para deslocalizar su actividad en Martorell, decisión que afectará a 220 trabajadores. Así pues, sólo el fabricante japonés Suzuki tiene previsto mantener su actividad en España, aunque ajustando su producción de 48.000 a 12.000 unidades anuales en su fábrica de Asturias.
Cien empleados de Yamaha serán trasladados
a Francia
La Asociación de Empresas del Sector de las Dos Ruedas (Anesdor), entidad que agrupa a las principales compañías del sector en España, reconoce la gravedad de la situación, y señala al Gobierno como el principal culpable de la caída de las ventas. Ciertamente, las matriculaciones de motocicletas y ciclomotores acumulan tres años seguidos de descensos. Más allá de la crisis económica, lo que ha penalizado la compra de vehículos de dos ruedas es el incremento del IVA y los cambios en los exámenes de conducción de la Dirección General de Tráfico, que encarecen la licencia en unos 300 euros. Pero también la decisión de elevar la edad de acceso a los ciclomotores hasta los 15 años, hecho que ha motivado que la mayoría de jóvenes prefieran esperar un año y accedan directamente a una moto de 125 centímetros cúbicos.
Ésta es una patata caliente para la Generalitat.
Hasta el año pasado Cataluña contaba con 12 fabricantes y 43 proveedores, que juntos generaban 7.000 puestos de trabajo y una facturación de 1.000 millones de euros. Ante el abandono de la producción de las principales empresas, el actual Gobierno de la Generalitat se ha encontrado con un panorama dramático. En el caso de Yamaha, la administración catalana está centrando sus esfuerzos en retener el empleo tras el cierre de la fábrica, y ya ha ofrecido las instalaciones de Palau Solità i Plegamans a otras empresas del sector industrial. Un centenar de los 430 empleados de Yamaha se irán a la planta que el fabricante japonés tiene en Francia.
Hasta el año pasado Cataluña contaba con 12 fabricantes y 43 proveedores, que juntos generaban 7.000 puestos de trabajo y una facturación de 1.000 millones de euros. Ante el abandono de la producción de las principales empresas, el actual Gobierno de la Generalitat se ha encontrado con un panorama dramático. En el caso de Yamaha, la administración catalana está centrando sus esfuerzos en retener el empleo tras el cierre de la fábrica, y ya ha ofrecido las instalaciones de Palau Solità i Plegamans a otras empresas del sector industrial. Un centenar de los 430 empleados de Yamaha se irán a la planta que el fabricante japonés tiene en Francia.
Cadena de montaje de la planta de Derbi en Martorelles
Joan Gurt, director general de OSSA
Otro de los asuntos pendientes para la Generalitat es la continuidad de Ossa en Cataluña, que requiere de avales para financiar su crecimiento. El fabricante de motocicletas recibió propuestas con incentivos fiscales de otras comunidades autónomas y de otros países de la Unión Europea para deslocalizar la producción. Las negociaciones entre el Gobierno catalán y la empresa se iniciaron en mayo, y según fuentes de la compañía, el acuerdo con las entidades financieras que asegurará el futuro de Ossa se podría alcanzar en breve.
En todo caso, más allá de estos dos casos puntuales, la estrategia del Govern de la Generalitat en relación al sector de la motocicleta y el ciclomotor pasa por la internacionalización y la especialización en áreas de mercado de alto valor añadido, y descartar la fabricación de series largas de producción masiva. El ejemplo es la fabricación del ciclomotor eléctrico MIUS 4.0, en el que participan seis empresas catalanas. Otra opción es que viejas glorias como Bultaco y Sanglas recuperen el protagonismo y lideren el sector en Cataluña.