Directora general de ADELMA (Asociación de Empresas de Detergentes y Productos de Limpieza)
“El cumplimiento de la legislación europea es uno de los principales retos de las empresas del sector químico”
Usted es directora general de ADELMA desde octubre de 2012. ¿Qué objetivos se marcó al inicio de su mandato y cómo los está llevando a cabo?
Lo primero que me propuse fue mantener la trayectoria de éxito de la asociación como voz reconocida del sector, tanto entre las empresas de nuestra actividad concreta como entre las autoridades y otros organismos afines. Para conseguirlo, realizamos un seguimiento y un análisis continuo de las novedades legislativas que se van produciendo. Desde mi punto de vista, esta labor es imprescindible para determinar con la suficiente antelación las implicaciones que estas novedades legislativas van a tener para las empresas y así, de este modo, poder atender las necesidades que éstas tendrán. Y todo ello, claro, manteniendo un diálogo permanente y constructivo con todas las partes involucradas.
Este trabajo de apoyo a las empresas en el campo legislativo, ¿es su principal caballo de batalla entonces? ¿Tan determinante es actualmente para las empresas del sector que representa ADELMA?
Absolutamente. Piense que el cumplimiento de la legislación europea es uno de los principales retos de las empresas del sector y, por tanto, de ADELMA como asociación. Esta legislación comunitaria tiene muchas implicaciones para las empresas: necesitan recursos técnicos, como la confección de todos los expedientes que se les reclama para poder operar con sus productos en Europa, y económicos. Es decir, necesitan tiempo, personal y en algunas ocasiones dinero para poder acomodarse a la legislación europea que se va aprobando. Y ahí es donde ADELMA les proporciona toda la ayuda que podemos. Es claramente uno de nuestros principales retos. Íntimamente ligado a este reto está otro de los objetivos permanentes y transversales en la acción de ADELMA es la defensa de nuestra posición, es decir, de la de nuestros asociados, ante las instituciones españolas y europeas.
Una de estas demandas ante las instituciones españolas es una reforma energética que abarate los costes para las empresas del sector…
En este sentido, afortunadamente el sector de los detergentes y productos de limpieza, que es el que ADELMA representa, no es gran consumidor de energía, como sí le ocurre a otras actividades del sector químico en el cual nos enmarcamos. Por eso, en este campo en concreto, nos remitimos a la posición que defiende FEIQUE, la Federación Empresarial de la Industria Química Española, de la que somos miembros.
Es cierto que el sector químico engloba a una gran cantidad de actividades muy heterogéneas y ADELMA también acoge bajo su paraguas a empresas dedicadas a diversos subsectores dentro del químico. ¿Es difícil una representación homogénea? ¿Cuáles son los intereses que comparten?
Es cierto que ADELMA engloba al sector de los detergentes, productos de limpieza y afines, en los cuales se incluyen los hasta ahora conocidos como productos plaguicidas no agrícolas que en un futuro inmediato serán considerados todos ellos como productos biocidas. Las empresas de la asociación pueden dividirse en tres grandes grupos: productos de uso doméstico, I+I y plaguicidas de uso profesional. Y la verdad es que aunque con características particulares, sus intereses e inquietudes se pueden encuadrar en un marco común bajo un paraguas legislativo extenso y complejo que permite una aproximación homogénea.
Desde su posición como directora general, que tiene que trabajar codo con codo con las instituciones para defender los intereses de las empresas asociadas, ¿cree que los sucesivos gobiernos dan la suficiente importancia a los sectores que, como el químico, crean economía productiva y de alto valor añadido en contraposición a la economía especulativa?
Lo que creo es que es necesario que se lleve a cabo una política industrial que permita fortalecer el tejido industrial español y por supuesto el sector químico entre ellos, ya que representa un 11% PIB. Básicamente para que la industria española pueda ser competitiva no sólo a nivel europeo sino mundial, con el fin de tener la capacidad de hacer frente a las potencias emergentes.
Pero, ¿hay algún país de nuestro entorno del que podríamos aprender del modelo de política industrial para aplicarlo aquí en España?
Mire, ahora mismo un país en concreto, descartando quizás a Alemania que, por otra parte, no sé si su modelo sería extrapolable, no lo hay. Siempre hablando claro desde el punto de vista de la industria de los detergentes que es la que ADELMA representa. El problema es que a nivel Europeo no hay un modelo definido.
Retomando el binomio economía productiva versus economía especulativa, ¿cree que la sociedad española valora lo suficiente el sector químico en su conjunto? ¿Todos los productos que cada día consumimos y el esfuerzo de las empresas del sector por ser sostenibles y responsables socialmente?
Yo creo que sí, que va siendo consciente poco a poco, al menos a nivel de la industria química en general. De hecho, en uno de los últimos estudios que llevó a cabo FEIQUE, la Federación empresarial, la actividad química en España estaba bien valorada.
Y en particular, el campo que me toca, el de los detergentes, sí que se valora. Porque la sanidad en nuestra sociedad, la limpieza, está perfectamente asumida como algo más que necesario en un hogar. Sin embargo, también creo que falta posicionar al sector de los productos de limpieza como factor determinante para la salud pública. En este caso nos falta visualización como un elemento decisivo en la cadena de salud. Por poner un ejemplo: ¿qué pasaría si no hubiera una higiene impecable en un hospital? Otro ejemplo: la potabilización del agua. Falta un poco más de visión dentro de la sociedad, pero me temo que esto es una cuestión de educación y el camino es lento.
Algo que también pasa en el campo de la igualdad de género en las altas esferas: no hay muchas mujeres al frente de patronales sectoriales. Desde su experiencia, ¿cómo cree que puede revertirse esta situación en nuestro país? ¿Está a favor de las cuotas dentro de los consejos de administración de las empresas?
En cualquier ámbito, es esencial, bajo mi punto de vista, permitir que cada puesto sea ocupado por el profesional más capacitado para el mismo sin anteponer prejuicios, tópicos o discriminaciones de cualquier tipo. En relación con esto último, las cuotas por razón de género tampoco me parecen coherentes porque la valía necesaria para ejercer las responsabilidades requeridas como miembro de un consejo no lo proporciona el género sino las aptitudes y actitudes intrínsecas de cada persona, sea hombre o mujer.
Núria Ribas