Factores estratégicos, sociales y culturales en la alimentación
marzo 1, 2012 Desactivado Por inQualitasYvonne Colomer
Directora ejecutiva de la Fundación Triptolemos
«El sector de alimentación y bebidas es el mayor sector productivo de la UE, por delante de la industria química y la automoción, y es uno de los mayores empleadores»
Yvonne Colomer Xena es ingeniera agrónoma por la Universidad de Lleida, doctora europea por el Institut National Polytechnique de Llorraine-France y MBA en International Agrifood Economics and Management por el IGIA – Grupo ESSEC (Paris). Es profesora asociada de la UPC (Universitat Politècnica de Catalunya), en el departamento de Organización de Empresas, y en el grado de Estadística de la UB (Universitat de Barcelona). Dirige, en la UPC, el MBA en Gestión de Empresas Alimentarias (16 ediciones), y el postgrado en Gestión de Empresas Mayoristas de Alimentación de Mercabarna (7 ediciones). También tiene el grado de profesora de piano por el Conservatorio Superior de Música de Barcelona, y, desde el 2002, dirige la Fundación Triptolemos para el desarrollo agroalimentario.
¿Qué es Triptolemos, cuándo se constituyó la Fundación y con qué finalidad?
Fundación Triptolemos es una institución privada, independiente, cuyo objetivo es facilitar el conocimiento y la coordinación entre todos los actores del sistema alimentario global a fin de aumentar su eficacia, habida cuenta de la importancia fundamental que representa la alimentación en el desarrollo de la sociedad, para que redunde en una mayor confianza del ciudadano. La entidad está abierta a quien comparta nuestros objetivos. Actualmente conforman el patronato: el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) de, 18 universidades públicas españolas, 10 empresas tractoras del sector y 4 instituciones que desarrollan su actividad vinculada al hecho alimentario. La Fundación se constituyó formalmente el 12 de febrero de 2002, ahora hace diez años. La preside el Dr. Federico Mayor Zaragoza, que fue director general de la UNESCO entre 1987 y 1999.
En los países desarrollados la alimentación es algo que se da por superado o sobreentendido. Pero, no obstante…
Arrastramos desde el siglo pasado lo que los sociólogos llaman la «Paradoja del mundo moderno», por un lado tenemos un alto porcentaje de la población que está en situación de malnutrición y por otra una de las preocupaciones de los países en desarrollo es el alto impacto de obesidad, que va a más y afecta de manera importante a la salud de la población. Por otro lado, los recursos de que disponemos no son ilimitados y la población aumenta (a pesar de que existe un techo de crecimiento); estas observaciones no tienen porque conformar una ecuación pesimista de la realidad, pero sí de atención seria hacia ella. Tenemos las herramientas que de manera adecuada nos pueden ayudar a conducir al mundo en condiciones dignas. Las actuaciones acertadas deberían acompañar a estas herramientas. Ya en el siglo XVIII no se cumplieron las predicciones catastrofistas de Malthus (1798) que pronosticó una hambruna debido al aumento de forma exponencial de la población y la falta de disponibilidad de alimentos. Frente a ello jugó un papel destacado la ciencia y la tecnología aplicada al desarrollo de la sociedad, podemos recordar algunos casos emblemáticos en este proceso: a Appert (1810), J.V. Liebig (1850), H. Nestlé (1845), G. Borden (1856), J. Maggi (1906) entre otros.
Hay evidentes derivaciones socio-ecómicas en lo que comemos. Por ejemplo, los cultivos obligados por el primer mundo en los países en vías de desarrollo.
El sistema alimentario es complejo. Lo que comemos es fruto de condicionantes de disponibilidad, economía, política y cultura. Todos estos parámetros se interrelacionan. Lo que podemos comer depende de nuestra capacidad económica, independientemente de si estamos en el primer mundo (le recuerdo que en Catalunya aproximadamente el 20 % de la población está en déficit para suplir sus necesidades alimentarias, según datos del Banc dels Aliments de Barcelona) o en el tercero. Los monocultivos en el tercero se justifican económicamente (ley de mercado), pero su solución debería pasar por la adecuada gestión de los políticos de estos países. Los monocultivos no son malos si la población dispone de ingresos suficientes para acceder a una dieta correcta con productos importados.
Presentación de la «Guía para la innovación en el sector agroalimentario español»,
en la sede del Consejo Superior de investigaciones científicas (Madrid)
en la sede del Consejo Superior de investigaciones científicas (Madrid)
¿Y en cuanto a las derivaciones sanitarias?
En el siglo XXI se ha avanzado mucho en la seguridad alimentaria (entendida como inocuidad) en concreto en la UE, los alimentos que encontramos en el lineal tienen que haber pasado los controles sanitarios que establece la legislación y que son muy estrictos para el sector de la alimentación. En nuestro país cada comunidad autónoma tiene su organismo responsable. En Cataluña es la ACSA (Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria), a nivel estatal es AESAN (Agencia Española de Seguridad alimentaria y nutrición) y en Europa la EFSA (European Food Safety Agency), que es un órgano consultivo y no legislativo, potestad que ostenta la Comisión Europea. La sede de la EFSA está en Parma, y queda en la historia el hecho de que Barcelona —representante destacada del peso que tiene el sector alimentario en nuestro país— se postuló para su acogida, sin éxito por cierto, pero por motivos no estrictamente técnicos.
¿Cuál es la situación actual del sector agroalimentario en relación a nuestro espacio económico europeo?
El sector de alimentación y bebidas es el mayor sector productivo de la UE por delante de la industria química y la automoción, y es uno de los mayores empleadores. España oscila en la quinta posición en el ranking europeo. En España el sector agroalimentario es el primer sector productivo, su balanza comercial en producción básica es positiva en frutas y vegetales y es negativa en cereales, soja y pesca. En transformación nuestra balanza comercial es positiva en cárnicas, aceites y vinos, entre otros.
Presencia de Fundación Triptolemos en el Salón Alimentaria-Innoval (Barcelona)
¿Y de puertas a fuera, o sea en relación con los otros países del mundo con los que comerciamos?
No solo en el caso español, el sector agroalimentario contribuye de forma positiva a la balanza comercial de la UE. La Europa comunitaria se sitúa como la mayor productora de alimentos procesados a nivel mundial. Es un sector estratégico y de gran importancia a nivel económico.
¿Cuáles diría que son las problemáticas más relevantes en el ámbito de actuación de la Fundación y en su visión como profesional cualificada del sector?
Fundación Triptolemos parte del hecho de la necesidad biológica y por tanto social de alimentarse. Trabaja para ayudar a articular el sistema alimentario global en toda su complejidad para que sea más eficaz en disponibilidad, formación alimentaria y confianza del ciudadano. Estamos desarrollando con el Departamento de matemática aplicada de la UPC una modelización del sistema alimentario global, visto como una articulación en el espacio definido por cuatro ejes: el de la disponibilidad de alimentos (del campo al consumidor), el de la economía, el eje político de las regulaciones públicas y el eje del saber (conocimiento, comportamiento y cultura), la gastronomía y la cocina se incluyen en este último eje. Podemos hablar de gastronomía a partir de una determinada renta per cápita, representa un porcentaje bajo a nivel consumo de alimentos sobre el total global de la población mundial, pero a nivel de impacto económico y emocional el ratio es muy elevado. Colaborar en la articulación de estos poliédricos entornos que conforman el sistema alimentario global es nuestro trabajo: relacionar el conocimiento (universidades y centros de investigación) con la empresa, la formación, la información, etc. En este nivel tenemos en trámite una Cátedra UNESCO – TRIPTOLEMOS, la cual desarrollaría estas temáticas bajo la dirección de un Consejo Rector.
Presentación del Documento sobre seguridad alimentaria en la UE en la sede de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Madrid)
¿En qué trabaja Triptolemos y cuáles son sus propuestas más destacadas?
La misión de Fundación Triptolemos es trabajar para una adecuada articulación del sistema alimentario global. En este sentido están enfocados los proyectos que estamos desarrollando, le puedo enumerar algunos: presentamos en el Salón Alimentaria 2012 la 5ª edición de la «Guía para la innovación en el sector agroalimentario», este proyecto cuenta con el soporte de varios Ministerios, han participado 140 instituciones y se han clasificado más de 4.000 proyectos, tesis y patentes, por sector, área temática, institución y área geográfica, es una herramienta útil y de fácil consulta. También hemos desarrollado una aplicación de prácticas empresariales exclusiva para el sector agroalimentario, que facilita la incorporación de estudiantes, simplifica su captación, las empresas solo tienen que colgar una vez la oferta y mediante un banner se replica, es gratuita. La formación de estudiantes y su vinculación al mundo profesional es clave para el futuro de nuestro país. Damos soporte a diferentes universidades en la impartición de postgrados y cursos. Redactamos artículos, positions papers, documentos sobre temas de interés del sector «La seguridad alimentaria en la Unión europea: bases para la confianza». También libros: Cómo vivíamos: alimentos y alimentación en la España del siglo XX, Alimentos: la conquista humana y Alimentos: qué hay detrás de la etiqueta. En colaboración con FAO elaboramos el informe dedicado al caso español sobre la cooperación universitaria al desarrollo en el ámbito agroalimentario. Con motivo del centenario de la ESAB (Escuela Superior de Agricultura de Barcelona), estamos actualizando la exposición fotográfica, que hace un recorrido histórico por «Dos siglos de universidad y empresa en el sector agroalimentario», para ello se celebrará un acto en la sede del Foment del Treball el próximo 10 de mayo.
¿Podría resumirnos algunas de las inquietudes del Patronato de la Fundación, así como las suyas propias en tanto que directora ejecutiva?
El desarrollo humano está estrictamente ligado a cómo resolver el problema de la subsistencia alimentaria. El Neolítico (hace 10.000 años, con la aparición de la agricultura) representó el primer paso importante en esta evolución. En un contexto global el futuro de nuestro desarrollo estará ligado a la disponibilidad de materias primas y a la disponibilidad de agua. Manteniendo las ecuaciones de alimentos suficientes, de distribución adecuada y de poder adquisitivo necesario. En un entorno más próximo es muy importante el papel que tiene el sector productivo, de transformación y de distribución, y el sector del conocimiento (universidades, institutos y centros de investigación). Me parece importante destacar, en suma, que no hay productos buenos o malos per se, pero si que hay dietas y hábitos inadecuados.
Exposición fotográfica en Gijón dedicada a
«Dos siglos de universidad y empresa en el sector agroalimentario español»
«Dos siglos de universidad y empresa en el sector agroalimentario español»
Más información:
www.triptolemos.org
Francesc Ribera
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