Un mundo financiero nuevo: criptomonedas y finanzas descentralizadas (defi)

Un mundo financiero nuevo: criptomonedas y finanzas descentralizadas (defi)

octubre 24, 2022 Desactivado Por Eloi Noya

Fintech. Ahorro e inversión en la era financiera digital

 

Eloy-noia

Eloi Noya es licenciado en ADE (Esade) y en Derecho (UOC), además de máster internacional de la McGill University (Montreal) y en Digital Business (Esade). Tras ejercer como alto directivo en entidades financieras, ha dedicado esta última década al emprendimiento lanzando la fintech LoanBook y a la dirección de la consultoría financiera Altria Corpo. Es profesor de finanzas y tecnología en escuelas de negocios como Esade y en el Instituto de Estudios Financieros (IEF), donde además es director de innovación. Ha publicado artículos en Forbes y Harvard Deusto, entre otros medios.

  1. El bitcoin

Es una moneda digital creada en 2008 por una persona o un colec­tivo de personas que se ocultaron bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto. De acuerdo con el economista Saifedean Ammous1, el bitcoin representa la primera solución realmente digital al proble­ma del dinero. Hasta el bitcoin existían básicamente dos tipos de métodos de pago:

  • Pagos en metálico. Se llevan a cabo en persona entre dos partes. Aquí la ventaja es que no se necesita confianza entre las partes, pero el inconveniente es que estas deben estar física­mente presentes en el mismo lugar al mismo tiempo.
  • Pagos con intermediación. Requieren a un tercero de confian­za. Este tercero se encarga de realizar la transferencia moneta­ria entre las dos partes. La principal ventaja es que se pueden realizar pagos con distancia física y sin que haya confianza entre las partes y el principal inconveniente es la confianza que hay que tener en el tercero, así como los costes y el tiempo que se requieren para llevar a cabo y liquidar el pago.

El bitcoin es la primera solución tecnológica que permite rea­lizar pagos virtuales sin tener que depender de este intermediario o tercero de confianza. Hasta entonces, cualquier pago digital im­plicaba el uso de terceros, y esto tiene costes y riesgos: los costes económicos y de tiempo que este tercero necesita para realizar su trabajo y los riesgos de confiar en este tercero, que este nos defrau­de o que nos impida realizar el pago por razones de seguridad o cualquier otra.

La idea de Nakamoto fue trasladar las características del dinero físico (falta de intermediarios e irrevocabilidad de las transacciones) al mundo digital y resolver el problema del uso de los intermediarios para los pagos digitales. Pero además, la idea genial de Nakamoto va más allá, pues diseña para el bitcoin «una política monetaria riguro­sa que no se pudiera manipular para producir inflación inesperada, en beneficio de un tercero, a costa de los tenedores»2. Explicar cómo consigue esto tecnológicamente va más allá del objeto de este libro, pero lo resumiremos diciendo que se emplean diversas tecnologías, como la red distribuida P2P, la criptografía mediante funciones hash, la firma digital y la llamada prueba de trabajo.

  1. ¿Cómo funciona el bitcoin?

El bitcoin es dinero electrónico concebido para poder realizar pa­gos de una forma segura entre dos partes sin que haya ninguna institución financiera entre ellas, es decir, de manera descentrali­zada. Funciona con un software que se descargan miles de orde­nadores en el mundo, y cada ordenador funciona como un nodo. No hay ninguna entidad central que controle o coordine la red, es absolutamente descentralizada. En cada nodo están replicados to­dos los registros y las transacciones que se realizan en bitcoin, es decir, toda transacción tiene que ser registrada por cada miembro de la red, de modo que puedan compartir un registro de balances y 151

transacciones. Si algún miembro o nodo quisiera modificar alguna transacción, quedaría evidente este intento al no coincidir con la información contenida en el resto de nodos. La clave de esta tecno­logía es, por tanto, la descentralización y el consenso como instru­mento para ofrecer confianza: la información es válida y verdadera porque todos los miembros tienen la misma información, se puede verificar muy fácilmente y no es necesaria ninguna autoridad cen­tral que lo certifique.

  1. ¿Por qué el bitcoin ha subido tanto en los últimos años?

El bitcoin ha tenido oscilaciones importantes de precio pero su tra­yectoria global en estos poco más de diez años ha sido claramente alcista. Al cierre de la edición del libro, en marzo de 2021, el pre­cio ya superaba los 60 000 $. ¿Por qué se valora tanto el bitcoin? ¿Estamos ante una burbuja o hay algo real tras estas subidas de precio?

Como comentaba al principio, el bitcoin tiene una política mo­netaria perfectamente definida desde su misma concepción en 2008 que un algoritmo ejecuta con exactitud. El número de bitcoins que se van a emitir en total está prefijado: 21 millones. Se empe­zaron emitiendo 50 bitcoins cada diez minutos aproximadamente y, cada cuatro años, los nuevos bitcoins emitidos se van dividien­do por dos. Actualmente cada diez minutos aproximadamente se crean 6.25 bitcoins, lo cual significa 900 bitcoins al día. Pensemos que, cuando cualquier otra moneda aumenta de valor, los que pue­den producirla comienzan a crear más, lo que justamente le hace perder valor. El oro se convirtió en la moneda principal de toda la sociedad civilizada precisamente porque era la más difícil de pro­ducir. Con el bitcoin no importa cuánto aumente su precio porque la oferta sigue siendo la misma.

A principios de 2021 ya se han creado más de 18.5 millones de bitcoins y en 2030 ya se habrán superado los veinte millones de bitcoins. El millón restante se minará durante los siguientes cien años, hasta 2140, año en el que se creará el bitcoin número 21 millo­nes, y ya no se crearán más.

Esta política monetaria sigue el esquema del patrón oro que exis­tió hasta 1971, que ligaba la oferta monetaria de una divisa a las re­servas de oro que existían en el país. El propio protocolo del bitcoin introduce la idea de escasez y deflación. Por la idea de escasez y su ritmo lento de crecimiento, el bitcoin se asemeja al oro y por ello cum­ple bastante bien, de momento, su función de reserva de valor. Nadie puede imprimir más bitcoins, como ocurre con las monedas de curso legal, y por tanto el bitcoin no puede sufrir depreciaciones. Puede oscilar su precio en función de la oferta y la demanda, pero no deva­luarse. Mientras los bancos centrales cambian permanentemente su política monetaria, aquí nos encontramos con un algoritmo rígido e inmutable. Como dice Carlos Domingo3, «se puede devaluar el euro o el dólar, pero no el bitcoin. Los bitcoins tienen cada vez más valor porque no se puede alterar su cantidad de emisión: cada vez se emi­ten menos, pero cada vez hay más demanda, ofreciendo así mucha más capacidad de almacenar valor que cualquier otra moneda». Por todo ello muchas personas definimos el bitcoin como el oro digital.

  1. ¿Cómo podemos comprar e invertir en bitcoins?

Los bitcoins se pueden almacenar en monederos virtuales o wallets, con los que se pueden recibir y enviar bitcoins. Los wallets son aplica­ciones muy sencillas que constan de dos claves: una privada, que hay que guardar como un password o contraseña, y una pública, que te identifica anónimamente. Lo más importante es no perder u olvidar la clave privada, ya que si ello ocurre perderíamos nuestros bitcoins. De hecho, se estima que de los más de 18 millones de bitcoins que se han emitido hasta el momento, unos cinco millones son inaccesibles porque se han perdido las claves privadas que los contienen.

Para comprar y vender bitcoins existen los exchanges o casas de cambio. Son fáciles de usar ya que se cambian fácilmente euros por bitcoins y otras criptomonedas, y viceversa. Los exchanges tienen monederos donde se almacenan las criptomonedas, pero son mone­deros centralizados ya que el usuario final no tiene acceso a la clave privada de su monedero. Además, aunque van aumentando sus me­didas de seguridad, están expuestos constantemente a ciberataques y se han producido robos importantes de criptomonedas en muchos. Por ello, estas casas de cambio solo son recomendables si se quiere comprar y vender criptomonedas a muy corto plazo (hacer trading). Si se desea guardar las criptomonedas como inversión a largo plazo, es mucho más recomendable tener un monedero con clave privada, pues mientras no la revelemos a nadie, será nuestro mejor seguro. Existen muchos exchanges, entre ellos Coinbase, Kraken, Binance o Bittrex.

Si queremos invertir en bitcoins u otras criptomonedas a largo plazo, la opción segura es guardarlos en wallets o monederos pro­pios. Una capa adicional de seguridad muy recomendable consiste en guardar las criptomonedas en un monedero físico o hardware wallet. Recordemos que, si perdemos la clave privada, perdemos todo nuestro dinero en bitcoins o las criptomonedas que haya den­tro de un monedero electrónico. Además, si tenemos apuntada nuestra clave privada en algún archivo o bloc de notas en nuestro ordenador, existe el riesgo de que nos hackeen y la roben, lo que equivale a decir que nos roben el dinero en criptomonedas. Esto es más fácil de lo que parece, ya que se puede conseguir entrando en nuestro ordenador mediante una wifi pública o introduciendo un malware en cualquier correo electrónico que nos manden.

El monedero físico o hardware wallet es un dispositivo físico que opera como monedero sin conexión a Internet. Cuenta con un chip seguro que hace que no podamos usarlo sin autentificarnos con nuestra clave privada. Lo mejor de todo es que, si se rompe o lo perdemos, podemos restaurarlo con una combinación de palabras o «semilla de recuperación» que se incluye en él cuando lo compra­mos. Hay diversas marcas de monederos físicos (Ledger, Trezor o Keepkey) y su coste puede ir de los 50 a los 200 €.

Para las personas que quieren empezar a realizar inversiones en bitcoins y criptomonedas y les resulta complicado entrar en este mundo, una manera muy sencilla y cómoda es a través de algunos neobancos y bancos digitales, que están preparados para tener tanto euros como criptomonedas y facilitan el trasvase de una moneda a otra dentro de la propia aplicación.

Un banco digital especialmente concebido para el acceso sencillo al mundo del bitcoin y otras criptomonedas es el español 2gether. También podemos contar con Bit2me, empresa española que facilita la apertura de una cuenta bancaria y depositar bitcoins y otras crip­tomonedas. Se puede utilizar para hacer trading, pero también para depositar nuestros bitcoins en un monedero electrónico. El pro­ceso de apertura de la cuenta es muy ágil, ya que con una foto del DNI y una selfie se da de alta al usuario y puede empezar a operar. El neobanco Bnext anunció también que daría acceso al negocio de criptomonedas (bitcoin y ether en un principio) gracias a la alian­za con Onyze, otra start-up española especializada en la custodia de criptomonedas para el sector financiero. Y otro neobanco, Revolut, también permite la compraventa de criptomonedas. Son formas de familiarizarse con este mundo y empezar a entender cómo funciona.

  1. Las altcoins o resto de criptomonedas

Utilizando la tecnología de cadena de bloques (blockchain) de bitcoin pero añadiendo mejoras u otras funcionalidades, desde 2011 se han ido creando otras criptomonedas, a las que para diferenciarlas del bitcoin se las ha llamado altcoins. Actualmente se calcula que existen más de tres mil criptomonedas o altcoins, y se van a crean nuevas constantemente, por lo que conocerlas todas y entrar en detalle es una tarea práctica­mente imposible. Intentaremos señalar algunas de las más relevantes.

Ethereum

El ether (ETH) es la criptomoneda propia de la plataforma Ethe­reum y la segunda en volumen e importancia tras el bitcoin. Sin duda merece este puesto destacado, ya que la creación de la plataforma Ethereum en 2014 supuso un importante salto cualititativo, que ha permitido el desarrollo de la tecnología blockchain, de los llamados contratos inteligentes y de las aplicaciones descentralizadas, que son la base de las DeFi, que veremos a continuación.

Lo que pretendía el fundador de Ethereum, Vitálik Buterin, era aprovechar la tecnología de cadena de bloques para desarrollar aplicaciones descentralizadas que funcionaran autónomamente mediante algoritmos (los llamados contratos inteligentes o smart contracts). Con el desarrollo de Ethereum se creó una criptomoneda, el ether o ETH, que es lo que se mina para que haya un incentivo económico para formar parte de la red, y a su vez la moneda con la que se paga por el uso de la plataforma Ethereum. Así, el valor del ETH debería estar correlacionado con el uso que se haga de Ethe­reum como plataforma de blockchain. Efectivamente, el auge de las aplicaciones de DeFi, que se construyen en su mayor parte sobre la plataforma Ethereum, y que veremos dentro de unos cuantos párra­fos, seguramente es una de las causas de que el ETH haya subido de precio desde principios de 2020.

Altcoins de tercera generación

Tanto bitcoin como ether comparten un mismo problema: la escala­bilidad. La cantidad de transacciones que se pueden realizar por se­gundo es muy inferior a la que cualquier tipo de operación financiera en el mundo real necesita. Por ejemplo, el sistema de Visa es capaz de aguantar hasta veinticuatro mil transacciones por segundo (de hecho, rara vez supera las cuatro mil transacciones por segundo), lo que es todavía bastante superior a bitcoin o ether. Para superar este problema se han ido desarrollando plataformas 3.0 como Cardano (ADA), EOS, NEO, NEM, Stellar, IOTA o Polkadot. Todas tienen su propia cripto­moneda y se encuentran en los listados habituales de los exchanges entre las criptomonedas más negociadas. Su valor dependerá de cómo se desarrolla en el tiempo cada plataforma sobre la que funcionan.

  1. Las finanzas descentralizadas (DeFi)

Sobre la plataforma Ethereum se han ido creando aplicaciones dis­tribuidas (dApps) de los más diversos sectores, pero en especial de servicios financieros. Es lo que se conoce como finanzas descentra­lizadas (DeFi), un fenómeno muy reciente. Así, encontramos dApps de DeFi que ofrecen servicios financieros alternativos a los tradicio­nales de pago, inversión, financiación o incluso seguros.

Las DeFi ofrecen como ventajas no ser privadas, sino que cual­quiera las puede usar, sin restricciones ni censura, y el atractivo de los altos rendimientos que se pueden obtener. Pero, como toda 156

tecnología innovadora en un mercado disruptivo, las DeFi todavía presentan inconvenientes, como su baja liquidez, poca usabilidad, poca protección ya que en caso de hackeo o fraude no existe una au­toridad a la que reclamar y ausencia de regulación.

La explicación de estas nuevas formas de inversión va más allá del objetivo de este libro, pero citaremos que están surgiendo nuevos modelos de negocio en este ámbito, como DeFi que realizan inter­cambio de criptomonedas, que aportan soluciones para el mercado de préstamos, que permiten realizar trading o que proporcionan he­rramientas para la gestión de activos.

  1. ¿Podemos entonces invertir en criptomonedas?

La inversión en criptomonedas está sometida a un alto riesgo y a una alta volatilidad. Alto riesgo porque muchos de los proyectos no ten­drán continuidad en el tiempo y por tanto la criptomoneda o token que los representa perderá su razón de ser y su valor. Y mientras existan, tendrán una alta volatilidad, ya que estarán a merced de los rumores y la especulación que las hace y las hará variar con mucha amplitud tan­to en positivo como en negativo. En este sentido, las criptomonedas en las que más nos hemos extendido en este capítulo, el bitcoin y el ether, tienen el respaldo de una tecnología que ha sido probada. En el caso del bitcoin, además, su política monetaria deflacionaria lo convierte en una probable reserva de valor en el futuro, como ha sido el oro durante cinco mil años. Y en el caso de ether, es una criptomoneda de infraes­tructura sobre la que se están desarrollando muchas aplicaciones des­centralizadas y muchas otras criptomonedas.

Siguiendo mi línea de recomendar mucha prudencia e invertir solo en inversiones alternativas parte de nuestra cartera que estemos dispuestos a perder en su totalidad, priorizaría, si se quiere entrar en esta clase de activo, la inversión en bitcoin, en un segundo rango la de ether y en un último nivel de mucho mayor riesgo el resto de criptomonedas, y si entramos en este último grupo, buscando en la medida de lo posible la diversificación en una decena al menos. Rei­teramos que la inversión en criptomonedas se sitúa claramente den­tro del grupo de inversiones alternativas de más alto riesgo dentro de las que hemos visto en los tres últimos capítulos, y así debemos considerarla en nuestra cartera global.

PLAN DE ACCIÓN

  1. Solamente en caso de tener una cantidad muy importante invertida ya en roboadvisors y estar generando más ahorro que el que tenemos destinado a nuestro plan mensual de inversión en dichos gestores automatizados, plantearnos la inversión en criptomonedas.
  2. Antes de invertir cantidades relevantes, probar inversiones de pequeño importe para familiarizarnos con el funciona­miento tanto de las criptomonedas como de las aplicaciones que utilicemos.
  3. Tener siempre presente que la inversión en criptomonedas tiene un riesgo muy alto. Hay que destinar importes que es­temos dispuestos a perder totalmente.
  4. Priorizar la inversión a largo plazo en bitcoin, y en segundo término ether.
  5. Si deseamos invertir una parte en criptomonedas que no son bitcoin o ether, nos crearemos una cartera de al menos diez criptomonedas. No nos evitará el riesgo de perderlo todo, pero al menos lo rebajaremos un poco.
  6. Invertir en cualquier caso en criptomonedas que sepamos a qué plataforma pertenecen, qué están aportando a la tecno­logía blockchain y que tengan un mínimo de historia detrás.

Importante: huir de propuestas que afirmen grandes renta­bilidades utilizando criptomonedas, ya que obedecen siempre a estafas piramidales. Desconfiar especialmente si vienen de personas allegadas que nos merezcan toda la confianza porque precisamente están siendo utilizadas sin su conocimiento para estos fines.

 

Extracto de la obra FINTECH. Ahorro e inversión en la era financiera digital, de Eloi Noya

LID Editorial Empresarial, 2021

Fintech. Ahorro e inversión en la era financiera digital (LID Editorial)

Más información:

www.lideditorial.com