Nuevas perspectivas de las pymes en Europa

Nuevas perspectivas de las pymes en Europa

marzo 30, 2012 Desactivado Por inQualitas
Eusebi Cima
Eusebi Cima
Vicepresidente de CEPYME (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa)
«Uno de nuestros principales objetivos es tanto acercar Bruselas a las pymes como nuestras pymes a Bruselas»
Eusebi Cima i Mollet ha desarrollado su carrera como empresario en el sector industrial. Estrechamente vinculado a Terrassa y a toda el área barcelonesa del Vallès, preside el Centro Tecnológico Leitat y la Fundació KIM BCN (entre este centro y la Cambra Comerç de Barcelona). Es presidente de FEPIME (Federació d’Empresaris de la Petita i Mitjana Empresa de Catalunya) y vicepresidente de la patronal catalana Foment del Treball. Preside también la Fundación FUNDITEC y el Consell Consultiu de la Unió Catalana d’Hospitals. Como vicepresidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), coordina el comité de relaciones de la CEOE con la Dirección General de la Pyme Europea en Bruselas.
Desde principios de año usted preside el comité de la CEOE para las relaciones con la Dirección General de la Pyme en Europa. ¿Cómo han sido sus primeros contactos con Bruselas?
Efectivamente, en CEPYME hemos constituido un grupo de trabajo para nuestras relaciones con la Dirección General de Pymes de la UE en Bruselas. Allí la comisión de industria tiene una dirección general que es el cargo equivalente a un ministro, que tiene unas competencias sobre la problemática de las pymes europeas en su conjunto.
Es una Dirección General bastante transversal y lo que hemos hecho es constituir esta comisión que en estos momentos presido y que estamos poniendo en marcha. Hicimos la presentación oficial hace unos días en Madrid, a la que asistió el director general de Pymes en Europa, el señor Daniel Calleja. De manera inmediata tenemos una entrevista en Bruselas para comenzar a coordinarnos con los equipos técnicos, para hacer que todos los flujos de información se muevan rápidamente.
El objetivo principal de este comité es hacer un seguimiento pormenorizado de las políticas para pymes que se hace desde esta Dirección General. Como digo es una política transversal. Aquí hay desde la incentivación del consumo, las ayudas del Estado central, de los gobiernos autonómicos, la internacionalización, las ayudas a la innovación, etc. Hay que superar todas las tramas administrativas y saber aplicar todo un conjunto de medidas legislativas para pymes que se llevarán a cabo desde la Comunidad Europea.
¿Hay implicaciones legislativas o de ámbitos superiores en este proceso de seguimiento?
Como te decía, básicamente, es hacer un seguimiento de todas esas políticas pero también poder incluso hacer propuestas en términos legislativos. ¿Por qué este interés? Pues porque la soberanía de los estados miembros de la Unión Europea tiene unas limitaciones evidentes, ya que hay muchas cosas que se deciden desde la Comisión. Además, con la situación actual de crisis, de recortes y de debilidades presupuestarias, los gobiernos deben tomar una serie de decisiones que muchas veces les hace difícil llevar a cabo políticas reales de apoyo a las pymes. Si nosotros logramos que se hagan desde Bruselas, a partir de entonces podemos conseguir desde el gobierno europeo avances que no podríamos lograr en los territorios de los estados miembros.
¿Es fluida su relación con las instancias europeas? ¿Sienten que se avanzará realmente en lo que ustedes proponen?
Por de pronto todas las políticas dedicadas a las pymes que dependen de la Dirección General de Pymes hemos tenido la ocasión de que nos la haya explicado el Sr. Daniel Calleja. Y tengo que decir que realmente es la primera vez que veo un conjunto de políticas que realmente podrán favorecer a la pequeña y mediana empresa europea en general.
¿Por qué en Bruselas se ha puesto este cargo? Porque casualmente en estos momentos en Europa hay 23 millones de parados y, casualidades de la vida, hay precisamente 23 millones de pymes en los países que forman parte de la UE. Eso quiere decir que si los gobiernos, y sobre todo el de la Unión Europea, incentivaran la creación de puestos de trabajo en la pymes, solo con que cada una ofreciera un puesto de trabajo, habríamos acabado con el problema del paro. Eso es muy bonito dicho de este modo, aunque reconozco que es mucho más difícil en la práctica, pero en lo que no cabe duda es que la recuperación económica pasa irremediablemente por la pequeña y mediana empresa.
Si aplicamos el mismo cálculo a las grandes empresas, deberían emplear 45 mil empleados cada una para poder acabar con el paro y eso es a todas luces imposible. Además de que están en un proceso totalmente contrario. Están en procesos de concentración, de deslocalización, de externalización de procesos y de reducir plantillas. Por lo tanto pensamos que Bruselas jugará un papel importante dentro de la problemática de las pymes y el paro en los próximos años. Por ello nos estamos centrando en eso, básicamente para trasladar allí toda la información que tenemos en relación a las pymes españolas y para acercar todas las pymes españolas a Bruselas.
Por lo que dice, el trasvase continuo y amplio de información es una cuestión determinante para ustedes.
¿Por qué ponemos el acento en esta cuestión? Pues porque Bruselas tiene una serie de políticas, ayudas y temas que son bastante interesantes, pero que normalmente las pymes no las utilizan, porque les cae muy lejos o las desconocen o no pueden acceder a ellas por diversos motivos. Por eso, una de las misiones de este grupo de trabajo será tanto el de acercar Bruselas a las pymes como las pymes a Bruselas, para que todos puedan hacer uso de lo que tienen o proponen y que en estos momentos no están usando. Vemos muchas ayudas que se pueden aprovechar, el problema es que las pymes son muy débiles y a una pequeña empresa le es difícil acceder a eso. Nuestra tarea será ayudar a canalizar todo eso para que el acceso sea más fácil y fluido.
Parece, no obstante, que son muy diversas las casuísticas de la comunidades autónomas en cuanto a su situación económica y a la de sus pymes.
En efecto, hay comunidades autónomas en las que los índices de paro están al 3%, como el País Vasco, y por el contrario otras comunidades que pasan del 30%. Por lo tanto, no hay duda de que aquí hay una labor de gobernanza política y de recursos financieros que influyen decisivamente. Por ejemplo, el País Vasco, como tiene recursos suficientes gracias al concierto económico, ha podido hacer unas políticas sobre todo encarriladas hacia el tema de la innovación de producto e investigación, y eso hace muchos años que está dando sus frutos. Por lo tanto ellos disfrutan hoy de una situación mejor. Eso lo podemos extrapolar a nivel de los distintos territorios de la Unión Europea y se da exactamente lo mismo.
Usted, como presidente del centro tecnológico Leitat, también está al corriente de la problemática de la investigación, ¿estamos haciendo los deberes para cambiar de verdad nuestro modelo productivo?
Hay innovación en muchas pymes españolas, pero también hay el problema del crédito, que hoy es una de las grandes cosas que echamos en falta para poder ampliar plantillas, para poner en marcha las inversiones. Pero centrándonos ahora en lo que me preguntas: ¿Cuál es el problema de la innovación? Pues que en la innovación de producto estamos en una dinámica a corto plazo y que tiene unos resultados evidentes, pero en otros temas más complejos la innovación tiene que plantearse y aplicarse a medio plazo y si vamos ya a cuestiones de investigación pura y dura entramos claramente en el largo plazo. Las inversiones que se comiencen hoy no darán resultado hasta pasado un tiempo.
En cuanto a si estamos haciendo los deberes, Cataluña, por ejemplo, en estos momentos está situada en el noveno puesto del ranking en cuanto a temas de investigación. Aquí en Cataluña estamos muy bien situados a nivel mundial en algunos sectores. El problema que tenemos aquí es que la cantidad de dinero que se ha invertido, que se invierte y que nos ha situado en un lugar preeminente en el panorama mundial en temas de investigación, se queda únicamente en eso, en la investigación, y no se llega a elaborar patentes, ni se llega a la transferencia tecnológica. Entonces es un dinero bien empleado, sin duda, pero al que le cuesta tener un retorno y creo que este es el principal reto del Gobierno de Cataluña en estos momentos.
¿En qué fallamos, cuáles diría que son las problemáticas más relevantes de las pymes en general y de nuestras empresas de base tecnológica?
Hay varias problemáticas, pero ya que estamos en la de la investigación me gustaría desarrollarlo un poco. Es cuestión de orientar las políticas de forma diferente. Hoy por ejemplo un catedrático de universidad que lleva a cabo una tarea de investigación y que hace cosas muy notables o en un alto nivel de excelencia, en el momento que haya llegado al final de un proceso de investigación lo que hace es, simplemente, una publicación en una revista de investigación homologada y solvente a nivel mundial. Lo que conlleva unos beneficios personales en cuanto a currículum, pero en cuanto publicas eso ya no es patentable, por lo que suele perderse la oportunidad de sacarle un rendimiento económico. Lo que se debería buscar es qué políticas se llevan a cabo para que todo eso pueda ser patentable y pueda transferirse tecnológicamente y que luego se le saque un fruto que pueda revertir en la economía del entorno. Es decir, que tenga un retorno a la sociedad. O sea que aquí en Cataluña estamos en el puesto noveno en cuanto a calidad en investigación básica y estamos en el 28 en cuanto a generación de patentes. Este es un grave hándicap que habrá que corregir.
¿Y en innovación, como ve la situación en el entorno profesional que conoce más directamente?
Estaba hablando sobre investigación básica. Otra cosa es la innovación. El gobierno de la Generalitat hace siete u ocho años puso en marcha un plan de centros tecnológicos que ha funcionado muy bien, han crecido mucho y hoy ya tenemos unos cuantos centros tecnológicos que tienen un nivel adecuado para dar servicio a las pymes. Pero pienso yo que ahora se tiene que entrar en fase de concentración, de ampliación, de refuerzo de esos centros porque si bien para las pymes tienen una actividad alta no lo tienen en cambio para las grandes multinacionales, que necesitan tener un servicio más completo. Los centros tecnológicos que hay en Cataluña están especializados en una serie de tecnologías pero no hay ningún centro que las tenga o las coordine todas de una manera global. Por lo tanto, la política industrial ahora creo que debe ser la de una concentración de centros para montar entidades potentes que aborden todas las tecnologías disponibles en el mercado, y que pueda dar un servicio también a las grandes empresas. Para competir, evidentemente, a nivel europeo.
Centrémonos en la parte organizativa. En la sopa de letras de las patronales que defienden a las pymes, las microempresas, los autónomos, etc. el emprendedor se hace un lío, la verdad. ¿Podría aclararnos un poco el panorama?
A nivel del Estado español hay una CEOE y una CEPYME. No hay más. Estas dos organizaciones patronales son las dos avaladas para hablar y negociar con el Gobierno y los sindicatos, para que los acuerdos sean normas de obligado cumplimiento. Estas organizaciones tienen afiliadas a las organizaciones territoriales de empresarios de cada comunidad autónoma. En el caso de Cataluña las organizaciones, coordinadas con las estatales que acabo de mencionar, son Foment del Treball y FEPIME. Por razones históricas en Cataluña hay otra patronal de la pequeña y mediana empresa, que es PIMEC, pero que no está en este circuito, por lo tanto, tiene una presencia a nivel catalán aunque no a nivel español. Pero hay otros interlocutores en otros ámbitos específicos. El Gobierno se sacó de la manga hace unos años un Estatuto de los trabajadores autónomos y por ende también se han ido montando asociaciones de diferente tipo. A nivel estatal la CEPYME española tiene su organización de autónomos, que se llama CEAT (Federación Española de Autónomos). Y en Cataluña tenemos la AIAC (Associació Intersectorial d’Autònomos de Catalunya), que es la organización de autónomos catalana, dependiente de FEPIME y coordinada con la CEAT de Madrid, con lo que a través de esta podemos tener interlocución con el Gobierno.
Parece que en, la mezcolanza de organizaciones, se dan interferencias en cuanto a la figura del empresario y el trabajador por cuenta propia.
No hay que olvidar que en el 90% de los casos, los autónomos son empresarios. Lo digo porque hay organizaciones de autónomos que están lideradas por sindicatos. Lo que no tiene sentido es que el autónomo, que no es ni más ni menos que una forma diferente de cotizar en la seguridad social, ahora se haya convertido en una especie de empresa diferente que necesita una reglamentación diferente. Yo, por ejemplo, soy o cotizo como autónomo. Todos los empresarios que tienen representación en su compañía son, por supuesto, autónomos; todas las microempresas son de autónomos, y todo eso es un mejunje y es lógico que los intereses no pueden ser los mismos para todos. Desde las patronales consolidadas creemos que ese es uno de los temas en los que es necesario que alguien coja el toro por los cuernos e intente poner orden.
¿Cuáles son las diferencias más relevantes entre FEPIME y PIMEC, creen que es equilibrada su presencia entre los pequeños y medianos empresarios catalanes?
En FEPIME nos dedicamos a todo el tema de relaciones institucionales, para hacer lobby. Y hacer lobby significa a veces no publicitar los objetivos cumplidos, porque es un trabajo compartido con personas con responsabilidades políticas que requiere a menudo mucha discreción. También reconocemos que, a veces, no hemos sido capaces de comunicar convenientemente nuestras actuaciones. El 25 de marzo, en un encuentro del sector en el palau de Pedralbes de Barcelona, presentamos más de setenta propuestas que distribuimos al Gobierno y los asistentes y que facilitamos en un pendrive y acaso se haya publicitado poco. Sí, es posible que tengamos que mejorar en nuestra comunicación externa.
Para resumir la problemática en Cataluña diría que hay dos tipos de patronales: la patronal de base y la de cúpula. Nosotros no tenemos asociados directos, los socios de FEPIME son organizaciones patronales territoriales y sectoriales. No tenemos ningún socio directo de pequeña o mediana empresa. En cambio PIMEC es una patronal de base porque tiene muchos socios directos. El caso es que luego también quiere ser una patronal de cúpula y aquí es dónde se da un «mix» de funciones que dificulta los posibles intentos de acuerdos e incluso de fusiones que pueda haber.
Nosotros tenemos 120 organizaciones sectoriales y territoriales afiliadas. No hay ningún pueblo en toda Cataluña que no tenga alguna organización o colectivo representado en FEPIME. La diferencia es que si quieres ser cúpula entonces puedes trabajar en aquello que realmente necesita la pequeña y mediana empresa, que es, por ejemplo, negociar con los sindicatos en temas laborales. Cuando eres de base te tienes que dedicar a lo que se dedica una organización de este tipo, a ofrecer servicios de gestoría u otro tipo de servicios parecidos a los asociados.
¿Cuál es su visión de la coyuntura actual como vicepresidente español y como presidente catalán de las pymes?
A nivel de patronal se pueden hacer cosas y los gobiernos actuales en Madrid, y aquí en Barcelona, no se puede negar que están trabajando muchísimo. No todo lo que se hace nos gusta al 100%, pero creemos que la dirección que se va llevando es buena. Se tiene que avanzar con un marco normativo con la pequeña y mediana empresa que sea mucho más flexible. Cuando se hablaba de la reforma laboral y los contratos, yo siempre decía que lo que necesitamos las pymes no son contratos para despedir sino para poder contratar sin miedo.
Y como empresario, ¿cómo ve la salida de la crisis?
Lo que tenemos que hacer es quitar el miedo del pequeño empresario para contratar nuevos puestos de trabajo. Eso supone una reforma estructural de todo el marco normativo. Después el principal problema que tenemos para la creación de puestos de trabajo es que no hay consumo y si no hay consumo no hay trabajo y si no hay trabajo no se pueden generar nuevos empleos. Tenemos el consumo muy por debajo de lo que debería de estar, ya que hay millones de personas en España que tienen trabajo garantizado, y un sueldo seguro, pero que no gastan porque tienen miedo. Por ejemplo, todos los jubilados, todos los funcionarios, que saben que no pueden perder sus ingresos o su puesto de trabajo. Todos ellos hoy por hoy no gastan. Tienen miedo. Eso hace que el consumo haya bajado hasta niveles por debajo de lo que es mínimamente razonable. Las reformas del Gobierno deben dar confianza a la gente, deben reflejar un panorama más ilusionante, para incentivar el consumo y para que así puedan generarse puestos de trabajo. Pero las pymes siguen sujetas a un marco administrativo encorsetado y poco ágil. Casi parece que no estuvieran en la agenda gubernamental.
Y justamente por esta falta de flexibilidad que tiene el pequeño empresario, estos últimos años se han dado de baja centenares de miles de autónomos. ¿Qué se hayan dado de baja quiere decir que no tienen trabajo? Pues no exactamente en muchos casos, pero lo que pasa es que no cotizan. Continúan trabajando pero sin cotizar. Eso es una competencia desleal contra aquellos que aún cotizan. La confianza que debe generar el Gobierno ha de servir también para eliminar la economía sumergida que ya no es sostenible. También hay que facilitar y estimular más la internacionalización y la búsqueda de mercados exteriores. Eso ayuda. Todas las empresas pequeñas y medianas que ya tienen un mercado exterior están aguantando mejor. Hay que poner más esfuerzo en el tema de exportación. Cuando hablo de pequeña empresa hablo más bien de exportación y no de internacionalización, aunque también es posible en algunos casos.
Hay que resolver también los dos grandes temas pendientes: innovación y financiación.
De todas maneras creo que en España han coincidido varias factores negativos a un tiempo: la crisis financiera internacional, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y una mala política de la UE con la liberalización absoluta de mercados. Que ha provocado que aquí pudieran llegar mercancías de cualquier país del mundo sin ningún tipo de control, ni sujetas a ningún tipo de normativa. Unas mercancías que han llegado aquí con unos costes con los que las empresas españolas no han podido competir, porque evidentemente las formas de trabajo que tienen estos nuevos competidores internacionales son muy diferentes a las nuestras.
Francesc Ribera
Más información:
www.cepyme.es
logo-cepyme