I+D+i en Química: del sector aeroespacial al medio ambiente

I+D+i en Química: del sector aeroespacial al medio ambiente

diciembre 1, 2013 Desactivado Por inQualitas
Masahiko Nojima
Masahiko Nojima
Consejero delegado de UBE Corporation Europe, S.A.
“Nosotros desarrollamos las nuevas aplicaciones en I+D en cooperación con los clientes”
Se graduó en Derecho en la Universidad de Sophia (Tokio) y, en 1982, entró a formar parte del grupo UBE, en el que ha desarrollado toda su carrera. Pasó durante cinco años por la delegación de Beijing, y posteriormente se centró en funciones de marketing, con especialización en el campo de las poliamidas. Desde 2011, forma parte del Comité Ejecutivo del grupo, y en abril del presente año se incorporó, en calidad de consejero delegado, a la central de UBE para Europa y Latinoamérica, con sede en Castellón.
¿Cuándo nace el grupo UBE y cómo se realiza su expansión por todo el mundo?
El grupo tiene su origen en el establecimiento de la sociedad anónima Okinoyama Coal Mines, en 1897, en la ciudad de Ube (prefectura de Yamaguchi). A lo largo del primer tercio del siglo pasado, la creatividad y el esfuerzo de los directivos y empleados de la empresa continuó expandiéndola hacia otras ramas, como la producción y el mantenimiento de maquinaria empleada para la extracción de carbón, o la elaboración de cemento (producido a partir de los recursos carboneros disponibles en la zona de Ube, los escombros de la explotación minera y la abundante piedra caliza disponible en estas regiones). De forma similar, la actividad química empezó con la producción de sulfato amónico para fertilizantes. Estas cuatro empresas (de cemento, carbón, maquinaria y sulfato amónico) se fusionaron, en 1942, en el grupo UBE Industries Ltd., que comenzó a cotizar en las bolsas de Tokio y Osaka en 1949.

En 1964, se constituyeron las delegaciones de Nueva York y Düsseldorf. La rama química del grupo se desarrolló internacionalmente con la adquisición, en 1994, de lo que hoy en día es UBE Corporation Europe, S.A., y con la apertura, en 1997, de nuevas plantas químicas en Tailandia. La oficina de Shanghai se creó en el año 2000 y, durante los años siguientes, otras sociedades se fundaron en China. Además, el grupo UBE también cuenta con oficinas en Brasil, India, Taiwan, Hong Kong, Corea, Singapur y con una planta de montaje de maquinaria en los EEUU.

¿Cuándo se estableció UBE en España y cuáles han sido los hitos que usted resaltaría en su trayectoria?
Los primeros contactos entre UBE Industries y lo que se conocía entonces como Productos Químicos del Mediterráneo (Proquimed, en Castellón) se produjeron allá por el comienzo de los años 90. En 1993, UBE adquirió una parte del capital de esta empresa, y el año siguiente completó la adquisición. Enseguida se pusieron en marcha una serie de proyectos para incrementar la capacidad productiva de caprolactama de la planta, lo que le permitió no solo un importante aumento del nivel de facturación, sino también la posibilidad de empezar un proceso de diversificación a partir de 1999, con la producción de productos con alto valor añadido, tales como como química fina y sulfato amónico granular. En el año 2001 se creó una empresa subsidiaria en Castellón dedicada a la producción y distribución de poliamidas y copoliamidas, que empezó la fabricación local en 2004, y que progresivamente ha ido aumentando su prestigio y presencia en los mercados internacionales.

En el área de gestión, en el año 2000 se fundó el departamento de I+D, que desde entonces ha crecido tanto en recursos técnicos como humanos, ofreciendo un importante “know how” en los campos de química fina, plásticos de ingeniería y electrolitos funcionales. Otro de los hitos alcanzados fue la apertura de una oficina de ventas en Brasil en 2010, cuya cobertura abarca todo el mercado Latinoamericano, y un conjunto de proyectos inaugurados en Castellón en 2012, tales como una segunda planta para producir química fina (lo que ha convertido nuestra empresa en el mayor productor mundial de policarbonatodiol), la plataforma logística situada en el Puerto de Castellón o la nueva instalación para producir sulfato amónico granular.

Desde el punto de vista personal, ¿puede describir y valorar brevemente su trayectoria en UBE?
Cuando me uní a la compañía mi actividad se centraba especialmente en funciones de marketing internacional y, desde 1993, he estado vinculado con el negocio de la poliamida, que ha experimentado un gran crecimiento, no solo en cuanto a volumen de ventas sino también en complejidad técnica y funcional como materia prima. En este sentido, pude participar en el inicio de la planta de nylon en Castellón, la cual se ha ido desarrollando con solidez, por lo que puedo decir que he tenido conexiones con España y Europa desde hace casi quince años. Durante este período, UBE Industries se ha convertido en un grupo mucho más internacionalizado, afrontando nuevos retos y oportunidades, y estoy agradecido por pertenecer a él y por poder liderar un excelente grupo de profesionales en Europa y Latinoamérica.
UBE produce una gran variedad de productos. ¿Cómo han conseguido esta gran diversidad y qué papel ha jugado en ello la apuesta por la I+D?
En el área de química, fabricamos tanto productos básicos y de amplia aplicación, tales como la caprolactama (materia prima básica utilizada en la producción de poliamidas y nylon), como materiales avanzados del tipo de las “Thermal Blankets”, (aislante térmico especial de uso en satélites) o bien separadores para baterías especiales. UBE Industries provee todos estos productos desde las distintas plantas del grupo y, como usted menciona, el papel de los programas de I+D ha sido fundamental, comenzando siempre con una especial atención para determinar qué tipos de usos y avances son posibles usando los materiales y tecnología de UBE. Lo mismo podría decirse sobre la mejora constante en la tecnología de fabricación y de procesos. Tenemos que reconocer también en este sentido al complejo industrial de Castellón por su enorme contribución en I+D al desarrollo de nuevas aplicaciones para poliamidas, grados avanzados de policarbonatodioles, carbonato glicerol y muchas otras innovaciones, que suman y fortalecen nuestra cartera de negocio. Es importante mencionar que una gran mayoría de la investigación que UBE realiza en España recibe la cooperación de los departamentos de investigación de universidades e institutos de investigación españoles.
¿Cuáles son los clientes principales de UBE España, por sectores y por países?
La gran diversidad de productos que hacemos se refleja también en la amplia tipología de nuestros clientes. Vendemos poliamidas principalmente a los sectores de envasado de alimentos y componentes de automóvil; nuestros clientes de caprolactama proceden de los sectores textil, moquetas y alfombras y plásticos; y finalmente, la química fina se destina a compañías industriales que fabrican poliuretanos, tintas, recubrimientos de superficies y similares. Nuestros fertilizantes se pueden utilizar para muchos tipos de cultivo.

Respecto a la distribución geográfica de las ventas, el 30% del total son ventas domésticas, el 46% se dirige a otros países europeos, el 15% a Asia, el 6% a Latinoamérica y el 3%, a Norte América y otros destinos. Desde España estamos presentes en cuatro continentes.

¿Esta diversificación les ha permitido afrontar mejor estos tiempos de crisis económica?
Desde luego, tanto la diversificación de productos como de mercados es parte de nuestra estrategia para afrontar la dura competitividad global. En esta dirección, hemos puesto en marcha varios proyectos para la expansión de capacidad, reducción de costes, mejoras ambientales y de seguridad etc. Y todos estos planes buscan contribuir a la competitividad y eficiencia de nuestro complejo fabril en Castellón.
Uno de los sectores principales es el agrícola. ¿De qué forma contribuyen sus productos al aumento de producción y a la disminución de pérdidas por plagas?
Estamos especializados en la producción de sulfato amónico, un fertilizante de amplio alcance y de uso en todo tipo de cultivos, como frutales, cereales, vegetales, legumbres… En concreto, el tipo granular que distribuimos en todo el mundo con la marca “Ubesol 45” ofrece una gran versatilidad, ya que se puede aplicar en todas las estaciones del año, con una combinación óptima de nitrógeno y azufre, nutrientes clave para todo tipo de terrenos. El valor añadido de nuestros fertilizantes radica en su eficiencia, gracias a su disolución gradual en el terreno y la reducción de pérdidas a causa de la dispersión por el viento o el agua. Los productores agrícolas nos están mostrando su satisfacción por el alto nivel de pureza de este fertilizante, que les ayuda a conseguir mejores cosechas.
Entre los productos de UBE también destacan algunos muy innovadores, desde los destinados a baterías hasta los que utiliza la industria aeroespacial. ¿Cómo se consigue esta presencia en campos donde la innovación es continua y las exigencias de las propiedades de los materiales son tan elevadas?
Históricamente, UBE Industries ha dedicado importantes recursos a sus actividades de I+D. Por ejemplo, en el Plan de Gestión Corporativa a medio plazo 2013-15, los costes de I+D serán de 45.000 millones de yenes, siendo los materiales para uso aeroespacial, o la nueva generación de materiales para baterías eléctricas algunos de los negocios estratégicos que se quieren impulsar más y donde se van a realizar esfuerzos especiales, principalmente en Japón. Aunque sabemos que las líneas de negocio de materiales aeroespaciales requerirán comparativamente un mayor tiempo para desarrollarse en comparación con otros productos, seguimos trabajando en esta dirección y revisamos con cuidado los resultados de nuestras actividades previas, ajustando nuestros planes en consecuencia. Este principio de gestión lo aplicamos también en otros campos dentro del grupo, como los proyectos de aumento de capacidad productiva o de reducción de costes.
¿Consideran la proximidad al cliente algo básico para poder sacar nuevos productos y mejorar continuamente las cualidades de los ya existentes?
Sí, por supuesto. Nuestros equipos comerciales trabajan en estrecho contacto con las áreas de I+D, proporcionando una rápida y efectiva respuesta técnica con el fin de contribuir al desarrollo de nuevas aplicaciones en cooperación con nuestros clientes. En este sentido, la presencia de dos equipos de I+D en Castellón con un total de veinte especialistas es prueba de nuestro compromiso con los clientes. Otro aspecto positivo es la interacción entre nuestros laboratorios y las plantas de producción de nuestro complejo industrial, lo que contribuye a diversos avances y mejoras relacionados con nuestra tecnología de fabricación.
También prestan gran importancia a la seguridad y al medio ambiente. ¿Cuáles diría que son los puntos principales de este compromiso?
Nuestro compromiso es mantener los excelentes índices de seguridad que hemos conseguido en los últimos años, que han sido reconocidos por las autoridades laborales. De hecho, tenemos como objetivo tener un nivel de seguridad incluso mayor en todos los niveles de la compañía, incluyendo por supuesto a nuestros trabajadores y contratistas. Con este propósito, estamos llevando a cabo, desde 2012, un Plan Estratégico de Seguridad con varias acciones e inversiones, que abarca hasta 2015.

Al mismo tiempo, UBE está estudiando constantemente formas de mejorar aún más el impacto de su actividad sobre el medio ambiente. Desde 1994, alrededor de 50 millones de euros se han invertido en Castellón con este propósito, y estudios adicionales para reducir la generación de residuos y aumentar la reutilización de agua y otras materias primas están actualmente en marcha.

Los aspectos relativos al respeto por el medio ambiente y la seguridad en las operaciones son herramientas clave para vivir en armonía dentro de la comunidad y ser una compañía sostenible, el cual es uno de los principios que UBE mantiene donde quiera que desarrollemos alguna actividad.

De cara al futuro, ¿qué objetivos destacaría, a corto y a medio plazo?
En general, me gustaría ver que UBE en Castellón sigue mejorando su récord de seguridad y reduciendo aún más su impacto medioambiental. Y, desde un punto de vista técnico, espero que se culminen con éxito nuestros actuales proyectos, como la nueva línea de producción de nylon de alto valor añadido, que prevemos estará lista en 2015, junto con la consolidación de nuestros negocios en nuevos mercados como Latinoamérica o países de Oriente Próximo, y así mantener la importante contribución que la planta de Castellón está haciendo a todo el grupo UBE.

También espero que la cercana relación que mantenemos con nuestra comunidad vecina continúe mejorando para que tanto la ciudad como la empresa puedan vivir y prosperar juntas y, más a largo plazo, también tengo buenas expectativas con los proyectos de inversión en Castellón previstos para el período 2015-17, centrados de nuevo en el negocio del nylon.

Xavier Duran
Más información:
www.ube.es