Formación técnica superior y emprendimiento

Formación técnica superior y emprendimiento

julio 3, 2013 Desactivado Por inQualitas
Jordi Berenguer
Jordi Berenguer
Director de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación y Aeroespacial de Castelldefels (EETAC)
«Toda universidad tecnológica precisa de un entorno empresarial afín, como el de Toulouse o Berkeley»

Jordi Berenguer Sau es doctor ingeniero de Telecomunicación, por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y catedrático de la escuela universitaria del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones de la misma universidad. Especialista en microondas y radiofrecuencia, fue coordinador del laboratorio de RF en Mier Comunicaciones, S.A. (1988-1991, hasta que en enero de 1992 se incorporó a la UPC para poner en marcha los laboratorios de la Escuela Universitaria Politécnica del Baix Llobregat, de la que fue subdirector en el período 1992-2000. Como director de Proyectos de la Secretaría de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información de la Generalitat de Catalunya (2000-2003), se responsabilizó, entre otros proyectos, de la creación de la Red de Telecentros de Cataluña y del programa INNOVCAT del Programa Regional de Acciones Innovadoras del FEDER. Fue delegado del Rector en el Campus del Baix Llobregat (2006-2008) y, desde 2008, dirige la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación y Aeroespacial de Castelldefels (EETAC). Es vicedecano y vicepresidente del Colegio y la Asociación de Ingenieros de Telecomunicación de Cataluña, y miembro de la Sociedad Catalana de Tecnología.

¿Qué es EETAC y cuáles cree que son los elementos diferenciadores que ofrece la escuela respecto a las otras ofertas educativas en su ámbito?

Somos un centro universitario joven, creado en el 1991, el cual siempre se ha caracterizado por su carácter innovador especialmente en el ámbito de la docencia. En esa época introducimos la estructura cuatrimestral pura de los estudios, de forma que cada asignatura se impartía dos veces al año, con lo que fue posible suprimir los exámenes de septiembre, y a su vez se ajustaba la duración real de los estudios al tiempo previsto. También introducimos la evaluación continuada limitando el peso de los exámenes al 50% de la nota final, con grupos de 40 estudiantes en clases de teoría y 20 en laboratorio, y la introducción de asignaturas específicas de laboratorio y la adopción de la figura del tutor que realizaba con el estudiante su plan de matrícula; por todo ello creo que podemos decir que fuimos precursores en la puesta en marcha de la metodología docente que hoy en día exige el Espacio Europeo de la Educación Superior. Con los años, hemos sido capaces de mantener este espíritu, y lo seguimos aplicando en las actuales titulaciones de grado y máster en ingeniería de telecomunicación y en ingeniería aeronáutica. Por otra parte cabe destacar, que precisamente nuestra especialización temática en sistemas de comunicaciones y radiofrecuencia, ingeniería de redes y de Internet, y en las infraestructuras y sistemas de navegación aérea y en las infraestructuras aeroportuarias, nos sitúa como un claro referente académico en lo que podríamos denominar ámbito Aero+Telecom en Cataluña.
En el actual contexto de crisis, se está haciendo en la UPC un gran esfuerzo por mantener y potenciar la excelencia universitaria del campus de la EETAC, ¿cómo ve su futuro?

En momentos de crisis, la única opción posible para superarla es no quedarse quieto, y moverse para proponer nuevas soluciones y alternativas docentes y de investigación, distintas a las de los demás, que permitan formar a profesionales con capacidad de innovar y regenerar el tejido empresarial. En éste sentido, nuestro centro y campus ha optado claramente por la especialización en dos ámbitos muy claros: el de las infraestructuras aeronáuticas, navegación aérea y aeropuertos, que son hoy por hoy, los ámbitos que mayores oportunidades laborales ofrecen en el ámbito aeronáutico catalán; y el de las aplicaciones transversales de la telecomunicación a ámbitos como la salud, las ciudades inteligentes, la aeronáutica, la movilidad y al sector agroalimentario. Hay que tener en cuenta que compartimos campus con la Escuela Superior de Agricultura de Barcelona (ESAB), lo que favorece la colaboración en el ámbito agroalimentario. En otro orden de cosas también hemos hecho un salto adelante al certificarnos por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, como centro proveedor de formación inicial de controladores de tránsito aéreo, que hemos integrado en una titulación de máster en navegación aérea y aeropuertos, de la que en breve saldrá la primera promoción, y en la que contamos como socios del proyecto a Airways New Zealand, y a la Irish Aviation Authority (IAA), en una clara voluntad de internacionalización. Creo pues que todas estas actuaciones contribuyen claramente a dar sentido a la escuela y al campus, con una oferta académica claramente singular y diferenciada, y hasta cierto punto transgresora, que es la que puede precisamente garantizar su futuro.
Simulador 3D
Simulador 3D de torre de control de Airways New Zealand, para la formación de controladores de tránsito aéreo.
Exterior de la EETAC
Exterior de la EETAC
¿Y la innovación tecnológica, en el ámbito universitario en general y en su escuela? ¿Cree que desde la administración se apoya suficientemente?

Creo que no. Hay que diferenciar entre la actuación del Estado y la del Gobierno catalán. Todas las administraciones hacen hincapié en que sólo desde la innovación y con la investigación y la transferencia de tecnología se podrá salir de la crisis. Sin embargo esta misma crisis incide muy negativamente en la dotación presupuestaria a estos fines. Sin embargo, en Cataluña, y con muy poco dinero la política científica llevada a cabo en los últimos diez o doce años ha dado sus frutos, con centros de investigación y de transferencia de tecnología de primer nivel, como el Barcelona Supercomputing Center (BSC), el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) o el Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Cataluña (CTTC), estos dos últimos ubicados en nuestro Campus.

Hay que destacar sin embargo, la apuesta que tanto el Consejo Comarcal del Baix Llobregat, como el Ayuntamiento de Barcelona, el Área Metropolitana, la Diputación y la Caixa Invest han hecho por nuestro campus presentando una candidatura conjunta ante la Agencia Espacial Europea (ESA) para instalar una incubadora (ESA-BIC) en el edificio de empresas RDIT, para favorecer la creación de empresas que desarrollen productos y actividades económicas que hagan uso de los satélites de comunicaciones, de observación de la tierra y de navegación y geolocalización con que cuenta la ESA.

En pocos años el Parque Mediterráneo de la Tecnología (PMT) donde se ubica la escuela, ha experimentado un crecimiento empresarial diferenciado. ¿Cuáles diría que son los motivos de este crecimiento?

El haber sido capaces de crear un ecosistema científico-tecnológico. Cuando en el año 2001 nuestra escuela se trasladó al PMT, sólo compartíamos campus con el Instituto de Geomática. Con los años y con la apuesta de la Generalitat de ubicar en el Campus el ICFO, el CTTC, i el IN3 de la UOC, se empezó a crear un caldo de cultivo que favorecía la aparición de sinergias entre estos centros y las primeras empresas que se instalaron aquí, como Nortel y Tempos 21; ampliado más tarde al sector agroalimentario con el traslado de la Escuela Superior de Agricultura de Barcelona y algunas empresas del sector agroalimentario como FuturEco.

Pero el gran impulso vino de la mano del rector Antoni Giró, que contribuyó a la apertura de una residencia universitaria, la instalación de una subsede del Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (CIMNE) y la puesta en marcha del edificio RDIT para alojar empresas de base tecnológica.

Todo ello facilita que tanto las empresas, como los centros de investigación del PMT, puedan compartir laboratorios e infraestructuras y tengan a su alcance el contacto con los grupos de investigación universitarios con quien pueden establecer convenios de colaboración para que estudiantes de grado, máster y doctorado puedan hacer sus trabajos de fin de grado y máster y tesis doctorales en temáticas de su interés y facilitar por tanto el desarrollo de sus actividades tecnológicas.

¿Es factible pensar en una colaboración con el Mobile World Congress de Barcelona, por ejemplo? Y, en otro orden de cosas, ¿cómo está la propuesta de que el campus de Castelldefels acoja el centro de incubación de empresas de la Agencia Espacial Europea. ¿Qué podría aportar a corto y a medio plazo?

Cuando se preparaba la candidatura de Barcelona para ser la Mobile World Capital, una de nuestras propuestas fue la de convertir el área metropolitana de Barcelona en un gran Living Lab en el que poder experimentar todas las tecnologías de comunicaciones móviles en aplicaciones de logística, Smart cities, movilidad, educación, salud, etc. Esta idea fue recogida en la candidatura, y es una de las propuestas en las que, desde la Dirección general de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información de la Generalitat, se ha ido trabajando, y ha cuajado en el RF Mobile Lab, una propuesta de laboratorio compartido entre el CTTC, la UPC, Barcelona Digital, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la BMWC, y que se presentó en el stand de Catalunya del pasado Mobile World Congress. Creo que Barcelona puede convertirse en un gran laboratorio urbano en el que empresas de todo el mundo puedan venir a experimentar y a verificar sus productos y aplicaciones.

Laboratorios de comunicaciones aeronáuticas.
Laboratorios de comunicaciones aeronáuticas.

En relación al proyecto ESA-BIC, en el que como he dicho antes, se han involucrado todas las instituciones locales, se espera que a mediados de julio o a primeros de septiembre se firme el contrato entre la ESA y las instituciones que han presentado la candidatura. El objetivo es crear 40 empresas en cinco años, empresas tecnológicas que desarrollen productos y aplicaciones basados en los satélites de comunicaciones. Es claramente un proyecto que intersecta con el BMWC, y con toda la capacidad desarrollada en Barcelona alrededor del concepto de Smart City, para hacer de Barcelona un referente tecnológico en el ámbito de las TIC. Hay que reconocer la generosidad del Ayuntamiento de Barcelona en facilitar que éste proyecto de incubadora se ubique fuera de su término municipal y lo haga en Castelldefels, y la implicación que en todo momento ha tenido el Consejo Comarcal del Baix Llobregat en este proyecto.

¿Puede darnos algunos ejemplos de spin-off o proyectos emprendedores creados recientemente en el entorno de la EETAC?

En nuestra escuela, especialmente en el segundo ciclo de ingeniería de telecomunicación, hemos fomentado la creación de empresas por parte de nuestros titulados. La más reciente es IGLOR, especializada en soluciones audiovisuales avanzadas, y ALTERAID centrada en el desarrollo de aplicaciones para el seguimiento de personas mayores que viven solas. De todas maneras, aunque ya hace tiempo que se constituyó, la que mayor impacto ha tenido ha sido FRACTUS, que fue creada a finales de los 90 por Carles Puente, profesor de la escuela, especializada en antenas fractales, el cual recientemente ganó un demanda presentada en EEUU contra Samsung.
En su opinión, ¿cómo cree que desde la universidad se puede fomentar e impulsar el espíritu emprendedor? En los años que lleva en funcionamiento la escuela, ¿cuántos alumnos conoce que hayan iniciado su propia empresa?

Creo que se debe hacer de distintas formas. En primer lugar desde la formación y con los planes de estudio. Hay que inculcar aspectos de emprendimiento, economía, marketing, propiedad intelectual y gestión de activos tecnológicos en algunas asignaturas de los planes de estudio. En el diseño de los planes de estudio de grado, nuestra universidad obliga a que el emprendimiento y la innovación sean una de las competencias transversales que todos los estudiantes deben adquirir, en especial para corregir el déficit que tenemos en la formación de gestores tecnológicos, porque el prestigio en la formación de ingenieros y tecnólogos ya lo tenemos ampliamente reconocido. En segundo lugar, facilitando herramientas y entornos que faciliten esa creación de empresas; se trata de crear ese ecosistema en que los emprendedores encuentren el espacio, el soporte técnico, la financiación y los recursos para arrancar sus proyectos, y que en sus inicios puedan contar con la ayuda y consejos de sus antiguos profesores.

Es difícil poder dar un número exacto de los proyectos empresariales creados por los estudiantes, ya que a veces se pierde el contacto con los titulados, aunque yo conozco unos diez estudiantes que montaron su propia empresa, aunque seguramente debe de haber muchos más.

¿Cómo se podría potenciar la creación de pymes dentro del campus? Y ¿qué oportunidades laborales y de desarrollo ofrece o puede ofrecer una universidad como la EETAC en el entorno del Baix Llobregat?

Nuestro Campus y Parque Tecnológico se encuentra en la tercera comarca de Cataluña que además cuenta con un amplio tejido empresarial, y está ubicado en plena área metropolitana, cercano al aeropuerto y al puerto, y con unas buenas comunicaciones por autopista y ferrocarril. Este entorno es proclive ya de por sí, a la generación de actividad económica, y cuenta con unas áreas de promoción económica de los municipios de la zona y del Consejo Comarcal extremadamente activas, lo que favorece sin duda la creación de empresas. También en nuestra universidad tenemos desde hace muchos años, herramientas propias para la creación de empresas como el programa Innova, y el programa UPC21 de patrocinio y mecenazgo, y más recientemente el proyecto K2M (Knowledge to Market), que han contribuido decisivamente a la creación de empresas. Por tanto, aprovechar todas estas herramientas y albergar en el edificio RDIT los nuevos proyectos empresariales que surjan, y a su vez potenciar en nuestras titulaciones el desarrollo de ideas de negocio y analizar su viabilidad, son sin duda las principales acciones que debemos continuar haciendo.

Pero hay otro aspecto importante que está relacionado con nuestra especificidad en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y es que hoy en día las TIC están presentes en todas las actividades económicas. Esta transversalidad, aplicada en un entorno tan dinámico y diverso como es el que se da en el tejido empresarial de la comarca, es fundamental para la aparición de nuevas empresas o nuevas oportunidades de negocio. Si hasta ahora hemos incidido en formar a buenos ingenieros para que trabajen en empresas del sector TIC, nuestro reto es ahora formar a ingenieros que sean capaces de introducir y aplicar las TIC en sectores diferentes, y quizás hasta reacios por su desconocimiento de las ventajas que les puede aportar las TIC en su negocio. Tenemos que dar a los estudiantes una visión amplia de cómo se pueden y deben aplicar las TIC a sectores como el de la agricultura, la industria agroalimentaria, la sanidad, o el transporte, para innovar, mejorar procesos y aumentar su competitividad.

¿Qué necesitan las empresas tecnológicas del entorno barcelonés, especialmente del ámbito de las telecomunicaciones y aeroespacial, para ver su desarrollo aumentado? ¿Cuáles diría que son las universidades que pueden ser sus referentes inmediatos o que son referentes mundiales en las áreas de las telecomunicaciones y aeroespacial, y por qué?

Creo que las empresas, y más en este momento de crisis, necesitan de jóvenes ingenieros con ideas, capaces de innovar, capaces de poder interrelacionar tecnologías, servicios y productos para crear y hacer cosas nuevas y distintas. Por ejemplo, si nos referimos al sector aeronáutico, existe un nicho de actividad prácticamente vacío: se trata de la aviónica, o la electrónica de a bordo. Cataluña cuenta con una gran tradición de industria electrónica, que a lo largo de los años se ha ido adaptando desde la fabricación de equipos de consumo doméstico, a la automoción. Entrar en el sector de la aviónica no sería muy complicado, dado el background empresarial existente y la reconocida capacitación de ingenieros electrónicos, de telecomunicación y aeronáuticos egresados.

Una universidad tecnológica, precisa de un entorno empresarial afín. Ya nos gustaría parecernos a Toulouse, con sus centros universitarios de referencia y las grandes empresas aeronáuticas europeas a su alrededor, o a una universidad como Berkeley con las empresas del Silicon Valley en sus cercanías. Nuestra escala es menor, pero nuestra obligación como universidad es tratar de favorecer el desarrollo tecnológico del país, y ello sólo se consigue colaborando con las empresas existentes, creando sinergias y haciendo trasferencia tecnológica hacia ellas de los resultados de la actividad investigadora, y formando, cómo no, a excelentes ingenieros que o creen sus propias empresas o contribuyan a mejorar las existentes. Estamos en ello.

Enric Fernández – David Mestres
Más información:
http://eetac.upc.edu