Excelencia y liderazgo en química y minería

Excelencia y liderazgo en química y minería

julio 6, 2014 Desactivado Por inQualitas
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José Fernando Sánchez-Junco Mans
Presidente de MAXAM
“Ahora hay una concienciación clara hacia la necesidad de reindustrializar España”

José Fernando Sánchez-Junco Mans es ingeniero industrial (especialidad en Organización Industrial) y graduado ISMP en la Harvard Business School. Entre 1980 y 1989, desempeñó en el Ministerio de Industria y Energía, entre otros, los cargos de Director General de Industrias Siderometalúrgicas y Navales y Director General de Industria. En este período fue responsable de los mayores procesos de reconversión de la industria española, que se llevaron a cabo como consecuencia de la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. En noviembre de 1990, fue nombrado administrador único de Unión Española de Explosivos, S.A. (UEE) —actual MAXAM—, pasando a ser su Presidente ejecutivo en 1994, cargo que sigue manteniendo en la actualidad. Es también presidente del Patronato de la Fundación MAXAM, dedicada a actividades culturales y educativas, con acuerdos de colaboración con trece universidades de diversas partes del mundo. Ha estado presente en los Consejos de Administración de empresas cotizadas como Duro Felguera, Uralita y Dinamia, sociedad de capital riesgo. En la actualidad es miembro del Consejo de Administración y de la Comisión Ejecutiva de Ferrovial, de la Junta Directiva del Círculo de Empresarios y del Patronato de la Fundación ONUART.

Usted preside una compañía fundada nada menos que por Alfred Nobel, pero ¿a qué tuvo que enfrentarse y qué estrategias se han seguido en estos casi veinticinco años que lleva al frente para convertirla en una empresa de éxito?
Cuando llegué a la compañía, en el año 1990, me encontré una empresa en una complicada situación financiera y, de hecho, técnicamente en quiebra. Aquella situación se abordó sobre todo mediante una profunda reestructuración industrial y realizando una completa reorganización interna, que nos preparó para abordar nuestra internacionalización. Efectivamente, han pasado casi dos décadas y media y hoy podemos afirmar que MAXAM es una compañía global con instalaciones productivas en más de 45 países de los cinco continentes.
¿Cómo gestiona estar presentes en todos estos mercados a los que se refiere teniendo en cuenta las grandes diferencias geográficas, culturales, medioambientales o legislativas, entre otras, que esta amplia diversidad implica?
Bueno, estoy convencido de que la clave está en tener unos principios claros y, al mismo tiempo, ser flexibles. La gestión del grupo MAXAM se articula en torno a unas políticas corporativas que determinan nuestros principios en las que consideramos áreas claves de nuestra actividad. Estas áreas las podemos englobar en prevención de riesgos y salud laboral, calidad, seguridad, medio ambiente y tecnología. Y estos principios los aplicamos allí donde quiera que estemos, pero teniendo en cuenta las particularidades locales de sitios tan diferentes, efectivamente, como es Sudáfrica con respecto a Rusia, o Chile con Uzbekistán, por ejemplo.
Retomando la estrategia aplicada para convertir a MAXAM en esta empresa global que nos describe, ¿se mantendrá el rumbo en los próximos años o se piensan implementar nuevas estrategias?
El objetivo principal es consolidar nuestro liderazgo en aquellos mercados en los que ya somos líderes y ganar posición competitiva en aquellos otros donde tenemos potencial de crecimiento. No obstante, es cierto que ya estamos presentes en todos los grandes mercados mineros del mundo. Para ello trabajamos desarrollando nuestras propias tecnologías, una de nuestras principales fortalezas por cierto, para ofrecer cada día a nuestros clientes productos y servicios, como proveedores de soluciones globales.
Puesto que siempre habrá un mercado por conquistar o una zona en la que consolidar su liderazgo, en este sentido ¿qué proyectos de futuro destacaría?
Quizá el que más llame la atención sea el inicio de nuestra actividad productiva en China, donde ahora mismo estamos trabajando en la puesta en marcha de una fábrica de sistemas de iniciación. Una vez esté a pleno rendimiento, esperamos contar en ella con hasta 300 trabajadores en un proyecto que supondrá una inversión de unos 70 millones de euros, en el que es actualmente el mayor mercado del mundo.
El mayor mercado del mundo y el que más competencia suscita hoy en día, seguramente. Todo el mundo quiere estar presente en un país de más de 1.300 millones de consumidores. ¿Pero, cuáles son los principales competidores de MAXAM a nivel nacional e internacional?
Disponemos de varias líneas de negocio, por lo que tenemos diferentes competidores en cada una de nuestras actividades. En el área de Civil Explosives somos la segunda compañía global por área de actuación y tercera en facturación. En Outdoors, que agrupa nuestras actividades de cartuchería de caza y deportiva, somos el líder mundial, con más de 500 millones de cartuchos fabricados al año entre nuestras plantas de España, EE.UU. y Reino Unido. Y en el área de defensa destacamos especialmente en el campo de desmilitarización, actividad en la que somos líderes en el mercado europeo.
Explosivos, defensa… ¿Es complicado contrarrestar el que podríamos llamar cierto recelo que en la sociedad existe sobre la fabricación de explosivos?
Creo que en la sociedad lo que hay con respecto a los explosivos civiles es desconocimiento y eso, en parte, es responsabilidad de la industria que debería hacer un esfuerzo mayor en explicar y dar a conocer nuestro papel. Un papel que es esencial para obtener, por ejemplo, las materias primas minerales o no minerales, o para realizar las obras de desarrollo de infraestructuras, por poner un ejemplo.
Volvamos por un momento a su labor como máximo directivo de MAXAM. Llama mucho la atención la composición del accionariado: aproximadamente el 55% está en manos de directivos y técnicos de la empresa. ¿Cómo se conjuga el interés particular del accionista que legítimamente quiere rentabilizar al máximo su inversión con el interés general de la compañía en un momento dado? ¿Genera tensiones?
Es importante destacar que todos los accionistas comparten el interés de generar valor para la compañía de forma sostenible y ello es, como hemos demostrado, compatible con la consecución de los objetivos en el medio y largo plazo. El que haya profesionales involucrados en el accionariado demuestra el compromiso de este colectivo con el futuro de la compañía. Además, el inicio de la participación de los empleados en el accionariado de la compañía se remonta a 1994, y ello ha permitido a lo largo de los años diferenciar bien el papel de empleado y el de accionista. Y la convivencia entre empleados accionistas e inversores financieros ha sido una experiencia muy positiva para el conjunto del accionariado.
¿Qué tipo de liderazgo implica esta composición accionarial?
El colectivo de empleados accionistas tenemos sindicadas nuestras acciones. Y yo, como Chairman & CEO de la Compañía, represento a todos ellos en la Junta General de Accionistas. De manera que hay un único interlocutor frente a los inversores financieros, y yo, a la vez, tengo mis propios compromisos frente a este colectivo, que cumplo escrupulosamente.
Usted tiene una amplia experiencia como alto ejecutivo en la empresa privada pero también en el área industrial dentro de la Administración. Y MAXAM está enfocada casi en su totalidad al sector químico de una manera u otra. ¿Cómo ve usted, desde esta doble perspectiva, el presente y futuro del sector industrial en general y el químico en particular en España?
Durante un tiempo en España se había generado la idea de que íbamos a ser un país mayoritariamente de servicios. Pero, afortunadamente, esta idea ha cambiado. De forma que yo creo que ahora hay una concienciación clara hacia la necesidad de reindustrializar el país. La industria española tiene ya una sólida posición en los mercados internacionales, además de un gran potencial por el que creo que se ha de apostar. Contamos con los medios, los conocimientos y excelentes profesionales, y, de hecho, la actividad internacional de las empresas españolas es la que está contribuyendo a la salida de la crisis.
¿Cree que el sector químico está suficientemente apoyado por las administraciones, teniendo en cuenta que es uno de los sectores que más invierte en I+D+i y más empleo de calidad genera?
Creo que la industria química tiene una estrecha relación con la Administración por la propia naturaleza regulada de sus actividades. Súmese a ello el apoyo institucional que las embajadas españolas dan a las empresas con presencia internacional, así como el comercial de las oficinas en destino del ICEX o el financiador en proyectos concretos del ICO.
Industria y energía son un binomio inseparable cuando hablamos de competitividad de nuestras empresas. ¿Qué opina sobre la política energética llevada a cabo por los sucesivos gobiernos?
Cualquier regulación o cambio normativo lógicamente nos afecta a todas las empresas industriales, así como a nuestro negocio en su conjunto. Si matizamos y nos centramos en nuestra Unidad de Negocio de Energy, ciertamente no forma parte de nuestro core business, es más bien una forma de aprovechar los activos de nuestras instalaciones en Páramo de Masa, que realiza una aportación a la red eléctrica de 1,5 veces la energía consumida por todas nuestras instalaciones en España.
Sin embargo, sí nos preocupa la incidencia del coste de la energía en los procesos productivos que realizamos en España. Éste es un factor claro de pérdida de competitividad para nuestro país.
La política energética actual pues, ¿cree que está enfocada para conciliarla con una política industrial efectiva y competitiva?
Yo confío en que ese es el objetivo. Ahora queda por ver si los resultados que se produzcan con el tiempo son los deseados por todos.
Hablemos un poco sobre RSC, algo que cualquier gran empresa debe tener en su ADN. ¿Qué estrategias sigue la compañía al respecto?
Básicamente, nuestro objetivo es colaborar con el desarrollo social de las comunidades en las localizaciones donde desarrollamos nuestra actividad. Este es el espíritu de los programas e iniciativas sociales y educativas que realizamos en países como Bolivia, Mongolia o Uzbekistán.
¿Y la Fundación? ¿Qué papel juega dentro de las políticas de RSC de MAXAM?
La Fundación representa la convicción que ha tenido la gestión de la compañía desde sus inicios hace más de 140 años: una empresa tiene un papel social más allá del industrial y empresarial. Así fue como se inició en 1900 nuestra colección de pintura, haciendo que los famosos calendarios de explosivos fueran no solo un medio para promocionar nuestros productos, sino el modo de acercar la cultura a un amplio sector de la población que, durante mucho tiempo, no tuvo acceso a los museos.
Quiero destacar también otros proyectos de la Fundación como la Casa del Explosivo en el Museo de la Minería y la Industria de Asturias, un espacio por el que llegan a pasar hasta 100.000 visitas anuales. O la Cátedra de Tecnología del Explosivo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas en la Universidad Politécnica de Madrid, con alumnos de más de diez países en los que operamos, becados por MAXAM, que finalizan aquí sus estudios y luego inician su carrera profesional en nuestra compañía.
Núria Ribas
Más información:
www.maxam.net