Nuevos retos en la dirección financiera de las empresas

ASSET es una institución clave, representativa de los profesionales de la Gestión Financiera de las empresas o entes locales de toda España. Su principal objetivo es el de agrupar a los profesionales de este sector y, entre sus socios, promueve la formación activa en novedades legislativas y operativas, la actualización de modos de gestión en materia financiera, entre otros. Además gracias a la trayectoria de la entidad, su peso sectorial y su prestigio reconocido, ASSET, se articula como una plataforma de opinión y un foro de debate en temas de gestión financiera y de intercambio de experiencias, y una plataforma de networking entre los directivos financieros del país.
Nuestros asociados obtienen ventajas en servicios de tipo profesional como servicios de documentación y consultas profesionales, bolsa de trabajo, etc. Además ASSET organiza alrededor de cincuenta actos al año en las principales ciudades del país que son el resultado de la colaboración de la junta de la asociación con instituciones, empresas y profesionales del sector. Además de la prestación de servicios profesionales a nuestros asociados, con el tiempo ASSET se ha ido articulando como un portavoz autorizado de este colectivo profesional y un ente generador de opinión en materia de gestión financiera, conocedor de la realidad financiera de las grandes empresas y las pymes de nuestro país.

En nuestro colectivo profesional, al contrario de lo que pasa con otros, en los que sí es necesaria la colegiación, el nivel de compromiso asociativo de los financieros es muy bajo. A pesar de ello, una vez asociados sí perciben las ventajas que ofrece la asociación profesional y la importancia de ésta tanto individualmente, en su ejercicio profesional, como colectivamente, en el reconocimiento de la figura del financiero de empresa.

El repunte de la morosidad en 2012 es una mala noticia para las finanzas de las empresas españolas ya que podría atenuar efectos positivos en el incremento de la liquidez empresarial que hemos señalado en alguna ocasión como, por ejemplo, la internacionalización de la empresa española hacia países en los que los plazos de pago son respectados escrupulosamente o activación del Plan de Pagos a proveedores aprobado por el Gobierno central.
De hecho, la gestión de la morosidad es un proceso lento y complejo que para tratarse adecuadamente debe implicar, de forma transversal, a los departamentos comerciales y al financiero. Esto es así, dado que la gestión de este perjuicio empresarial implica las mismas dosis de actividad preventiva que reactiva. Tener claro esto es el punto de partida básico que, además, requiere de unos procesos de gestión de cobro programados y serios, y de una gestión de información veraz sobre los clientes.

Disponemos de comisiones de Morosidad, de Control de Gestión, de SEPA y de EACT (European Associations of Corporate Treasurers).
Son comisiones vivas que responden a las necesidades actuales de la gestión financiera y tratan de adaptarse a los tiempos cambiantes que vivimos. Todas ellas tienen temas de actualidad, como el repunte y las formas de gestión de la morosidad que comentábamos hace un momento, hasta la implantación progresiva de la SEPA, que estamos viviendo. Precisamente, la comisión más recientemente presentada, la de los precios de transferencia, abordará temas tan actuales como, por ejemplo, el Plan Anual de Control Tributario correspondiente al año 2012 que sitúa los precios de transferencia —surgidos de las operaciones entre empresas que pertenecen al mismo grupo empresarial o a la misma persona— como uno de los objetos de vigilancia por parte de la administración tributaria en la campaña 2012.

Cena Anual de ASSET, celebrada el pasado 8 de octubre de 2012 en el Real Club de Polo de Barcelona, en la que Juan Corona, catedrático de Economía Aplicada y Rector Honorario de la Universitat Abat Oliba CEU, fue el ponente invitado.

El profesional nacional de la gestión financiera es un excelente directivo, que cuenta con una gran reputación. Sólo tiene que pensar en el despegue que han experimentado las exportaciones de las empresas españolas que es, junto a algunos mercados emisores de turistas, el único brote verde de la economía española. La internacionalización ha sido una de las únicas alternativas para las empresas frente a la crisis. Precisamente, la situación extraordinaria a la que han tenido que hacer frente las empresas en los últimos años, ha implicado grandes cambios por parte de la empresa y, en este proceso, el director financiero ha jugado un papel clave: ha tenido que equilibrar la gestión de la reducción del gasto y del flujo de crédito disponible, con la búsqueda de recursos alternativos y las necesidades de liquidez de la empresa.

Más que defectos, dado que hablo en nombre de ASSET, deje que hable de adaptaciones profesionales que hemos ido experimentando. Como es sabido, el actual clima económico aumenta la complejidad en la dirección financiera de las empresas y, así, vemos como se yuxtaponen modificaciones, cambios y nuevos enfoques fiscales y financieros. En un contexto en el que hallar recetas para poder llevar a cabo una gestión lo más saneada posible es un reto, un entorno de reforma normativa constantes multiplica la complejidad en la planificación de los procedimientos financieros.
Permítame, además, señalar el mérito del ejecutivo financiero en procesos de internacionalización: los profesionales del sector deben asumir, interiorizar y desarrollar estrategias para adaptarse a las realidades financieras de todo el mundo. Pero que no se le escape a nadie que esta adaptación entraña algo más que interiorizar normativas y procesos financieros nacionales, implica interiorizar otras culturas fiscales y financieras, y otra idiosincrasia en la gestión financiera de las corporaciones. Ante un mundo globalizado, la adaptación a las realidades nacionales de cada país destino de nuestros proyectos de expansión y exportación, es un nuevo reto al que hacer frente.

Es una crítica para las empresas y, al mismo tiempo, una alabanza: las pymes vivieron durante mucho tiempo un periodo de bonanza en el que el flujo de crédito circulaba con facilidad y era factible recibir financiación para los proyectos de expansión. Ahora, al contrario, es muy difícil y este flujo de crédito circula para escasísimos proyectos. Esto ha obligado a las empresas a replantear sus estrategias de financiación para la expansión: las que lo han conseguido, siguen adelante.

En un contexto en el que hallar recetas para poder llevar a cabo una gestión lo más saneada posible es un reto, un entorno de reformas normativas constantes incrementa la complejidad en la planificación de los procedimientos financieros. De hecho, las reformas estructurales que ha implicado la crisis a muchos niveles —normativo, fiscal, de consumo, etc.— de un lado, y el ímpetu que muchas pymes han puesto en las iniciativas de internacionalización, del otro, han convertido nuestro día a día en una necesidad constante de gestión de situaciones de riesgo y de adaptación constante a nuevos marcos legales tanto nacionales como internacionales. Creo que no me equivoco si señalo que, por todo ello, los profesionales de la dirección financiera se encuentran entre los más comprometidos, obligados y expuestos en la actual coyuntura.

XXII Jornada Anual de ASSET, celebrada el pasado 9 de octubre de 2012, en el Cosmocaixa de Barcelona con la participación de 300 financieros de empresa. El título de la Jornada de este año ha sido «El financiero frente a la nueva era».

Nosotros somos profesionales en la gestión financiera de las empresas y la viabilidad económica de los proyectos empresariales se apoya en nosotros como en el resto de departamentos de las empresas, desde el comercial hasta la gerencia, así que también forma parte de nuestro granito de arena social el hecho de tirar adelante con el futuro de las empresas viables. Si socialmente nuestro rol en el devenir de las empresas se interpreta así, considero que ya es válido.