El negocio online ante la caída de ventas del comercio tradicional

La Asociación Española de la Economía Digital (ADigital) nace como tal en julio de 2010 y es fruto de la reconversión de FECEMD, la Federación Española de la Economía Digital (antigua Federación de Comercio Electrónico y Marketing Directo) y de sus asociaciones integrantes: la Asociación Española de Comercio Electrónico y Marketing Relacional, la Asociación de Contact Center Española, la Asociación de Agencias Digitales, la Asociación de Venta a Distancia y la Asociación Española de Fundraising. Hoy, además, también aglutina a la Red de Empresas de Internet (REI) y a la Asociación Española del Juego Digital (Jdigital), que se han incorporado más recientemente.
Esta asociación tiene como principal objetivo impulsar la economía digital en España y posicionar nuestro país en un lugar destacado a nivel internacional. En la actualidad, agrupa a más de 550 miembros, entre los que se encuentran grandes anunciantes, empresas que utilizan el comercio electrónico y otros sistemas de venta a distancia, entidades financieras, agencias digitales, representantes del sector de la distribución, del contact center, de las redes sociales, etc.

Según los últimos datos disponibles de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), en el tercer trimestre de 2011 el comercio electrónico en España alcanzó un volumen de negocio de 2.421,8 millones de euros, lo que supone un 27,4% más que en el mismo trimestre de 2010.
Estas cifras, dada la coyuntura económica que estamos viviendo, son muy significativas, aunque también reflejo de que nos encontramos en una situación de cierto retraso con respecto a otros mercados. Podemos hacernos una idea si valoramos el peso del negocio online español en el mundo. Europa representa, aproximadamente, el 36% del volumen total y España apenas se acerca al 2%.

Evidentemente, con ese ritmo de crecimiento, creo que todavía podemos esperar a corto y medio plazo un importante desarrollo de esta actividad. Sectores como la moda o la distribución tienen todavía mucho recorrido, al igual que otros campos como el ocio, donde las posibilidades aún son enormes.

Aunque es difícil de cuantificar, porque es probable que cada sector o caso específico tenga una visión diferente al respecto, lo que está claro que es la incidencia de la caída del consumo es considerablemente menor que en el comercio tradicional. Es más, en muchos casos, el negocio online se está convirtiendo en una alternativa que compensa ese descenso en el mundo offline.

En materia de confianza y seguridad es innegable que se han dado pasos de gigante. El consumidor está cada vez más familiarizado con el proceso de compra online, sabe identificar qué webs son fiables, cuáles ofrecen un servicio garantizado y cómo se está avanzando en la fiabilidad de los sistemas de pago.
Por otro lado, las empresas que operan en Internet son cada vez más conscientes de la importancia de acreditarse, y sellos como Confianza online, que impulsamos junto a Autocontrol y Red.es, están cada vez más extendidos.
En cuanto a la protección de datos, España es uno de los países más restrictivos desde el punto de vista legal y sancionador en esta materia, por lo que los consumidores están bastante protegidos. Además, Adigital cuenta con sus Listas Robinson, un fichero que permite a los ciudadanos inscribirse con el fin de no recibir comunicaciones comerciales no deseadas de empresas con las que no mantengan o hayan mantenido algún tipo de relación contractual.

Confianza Online pone a disposición de los usuarios de los nuevos medios y de las empresas un Código de Conducta específico, el Código Ético de Confianza Online, así como un Sello de Confianza que las empresas adheridas pueden insertar en sus páginas web para mostrar su compromiso de responsabilidad en sus comunicaciones comerciales y en sus transacciones contractuales con los consumidores, ofreciendo, de este modo, mayores garantías a los usuarios de la Red.
La protección de datos personales también queda comprendida en el ámbito de regulación material del Código de Confianza Online, por ser ésta un área que requiere de una adecuada salvaguarda en el desarrollo de este tipo de actividades. Asimismo, también centra su atención en la protección de menores y adolescentes, así como en aspectos de accesibilidad y usabilidad. Por otro lado, todos los miembros de Confianza Online se someten a un sistema de arbitraje para la resolución de posibles conflictos que presenta una serie de ventajas respecto a los cauces convencionales de regulación y de resolución de controversias, tales como la rapidez de actuación y la flexibilidad, junto con su vocación de integración y coordinación a nivel transnacional o supranacional. Este sistema constituye, por tanto, una vía de superación de los problemas que la globalidad y la falta de territorialidad de la Red plantean para las legislaciones y tribunales.