«Uno de los principales retos que tenemos es la reindustrialización de nuestro tejido productivo»
¿Cómo sienta ponerse al frente de un colegio de ingenieros después de los fuertes recortes que han padecido los colegios profesionales con la aplicación de la Directiva europea?
Para mi ser el nuevo decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Catalunya es un reto. Se trata de una institución que goza de un notable prestigio y que cuenta con una larga tradición. Llevar las riendas de esta Institución supone un nuevo desafío en mi trayectoria profesional. En referencia a los recortes sufridos recientemente, en el fondo han sido necesarios, una decisión difícil de tomar pero irremediable para poder seguir adelante. El contexto económico y social actual también ha afectado a nuestra institución.
Usted accede al decanato de una entidad que en Catalunya tiene un gran peso social, ¿podría ofrecernos una breve pincelada de la trayectoria del colegio?
Efectivamente, llegar hasta aquí ha sido un trabajo constante y de muchos años. El Colegio y la Asociación de Ingenieros Industriales de Catalunya gozan actualmente de un gran prestigio y reconocimiento por parte de la sociedad y de la Administración. Los Colegios profesionales se crearon a partir de una decreto del año 1949, y nacieron con el objetivo de regular la profesión, para ordenar el ejercicio de la profesión de los colegiados así como defender la ética y la dignidad profesional, asumir la representación exclusiva de la profesión, impulsar el desarrollo de actividades científicas, técnicas, económicas, sociales y culturales, relacionadas con la profesión, fomentar e impulsar el desarrollo industrial y evitar el intrusismo de profesionales no acreditados. Pero no podemos hablar de la historia del colegio sin mencionar la Asociación de Ingenieros Industriales de Catalunya cuya historia va íntimamente relacionada y de la que el año pasado celebramos el 150 aniversario de su creación.
¿Y una breve panorámica del momento actual? ¿Cómo se encuentra su equipo el colegio después de la reestructuración y adaptación a las nuevas circunstancias que ha tenido que hacer la junta anterior?
Estas han sido unas decisiones difíciles de tomar ya que afectan a personas, pero en este sentido han sido necesarias para garantizar la continuidad de la Institución. Además de un contexto económico y social desfavorable, también nos ha afectado mucho la famosa ley Ómnibus a la que nos referíamos en la primera pregunta, que ha eliminado la obligatoriedad del visado. Una importante fuente de ingresos de la Institución. Ahora deberemos navegar en un mar turbulento, pero con una tripulación fuerte e implicada.
¿Cuáles son los principales retos al que se enfrenta su colectivo profesional, en el entorno catalán, en España y en nuestro contexto europeo?
Pues los retos en su esencia son los mismos que en su origen, proteger los derechos de los profesionales y luchar para hacer de la profesión un espacio de debate, reflexión y conocimiento. Pero ahora, en los momentos actuales, en el mundo de la Ingeniería debemos hacer fuerte a nuestro colectivo profesional, acercándonos a modelos europeos más avanzados, como el modelo alemán, que no distingue entre tipos de ingeniería sino que aglutina a todos los ingenieros haciendo de la profesión un lobby más fuerte. Hasta ahora hemos integrado a ingenieros químicos, geólogos y expertos en organización industrial. Pero en nuestro edificio ya tenemos ubicados a distintos colegios profesionales de Ingeniería, que esperamos en un futuro próximo sean más. La suma nos hará más fuertes.
¿Y cuáles son para usted los principales desafíos que la sociedad tiene y que los ingenieros industriales pueden contribuir de manera significativa a resolverlos?
En nuestro país, sin duda, uno de los principales retos es la reindustrialización de nuestro tejido productivo, en dónde los ingenieros industriales y las ingenierías en general tienen una gran oportunidad en la innovación y en la mejora de la eficacia de las empresas.
Sin embargo, para hacer frente a algunas de estas problemáticas ¿cree que los ingenieros y su trabajo están suficientemente reconocidos por el conjunto de la sociedad? ¿Se sienten a gusto con su capacidad actual de decisión en los puestos clave de la economía privada y del sector público?
Siempre hemos dicho que los ingenieros, y aun hoy a pesar de la situación actual, gozan profesionalmente, en general, de un buen prestigio. Al ser una profesión polivalente tenemos ingenieros ocupando cargos directivos en importantes empresas e instituciones. Hasta antes de la crisis el paro en esta profesión era prácticamente inexistente. Su formación le permite al ingeniero un amplio abanico de posibilidades. Así que el prestigio social existe.
¿Es necesario, por ejemplo, un lobby de los ingenieros industriales, y del conjunto de todas las Ingenierías, para hacer oír su voz e incidir de manera efectiva en las actuaciones de los poderes públicos?
Este, como he comentado, es uno de los retos que tenemos. Convertirnos en un lobby fuerte con la suma de otros colegios profesionales. Ahora compartimos edificio con ingenieros de Telecomunicaciones, ingenieros Técnicos Informáticos e ingenieros Forestales. Como bien dicen, la unión hace la fuerza. Éste es un primer paso para la suma de más colegios profesionales.
¿Este proceso natural de agrupación puede verse afectado por otro proceso que parece darse en sentido inverso, el de disgregación, el de buscar solo las salidas individuales, al que parece abocar la mentalidad actual impuesta por las directivas europeas?
En nuestro terreno parece todo lo contrario, la tendencia es a agruparnos en vez de disgregarnos. Y una muestra es la integración que hicimos, en el 2010, en nuestra rama de ingenieros industriales de tres especialidades (químicos, geólogos y organización Industrial), y actualmente compartiendo edificio con los colegios de ingenieros a los que me he referido.
¿Cómo ve la superación de la crisis económica y cómo está afectando a su colectivo, por ejemplo a los ingenieros jóvenes?
No podemos negar que la crisis ha pasado factura a todos los colectivos, si bien en el nuestro no ha sido muy visible. Posiblemente, de todas las franjas de edades los más afectados han sido los jóvenes. El no crecimiento económico frena las nuevas contrataciones. Antes los estudiantes no acababan la carrera sin tener ya trabajo, pero ahora no ocurre lo mismo. Tambien los sueldos se han visto perjudicados.
¿Puede resumirnos algunas de sus inquietudes como presidente y adelantarnos algunas de sus propuestas para los próximos meses?
Nosotros presentamos unas propuestas claras y muy concretas, unos objetivos bien definidos queremos seguir siendo referente en la sociedad catalana; en el ámbito que nos es propio, potenciaremos la presencia activa de las demarcaciones (Catalunya Central, Girona, Lleida, Tarragona y la delegación del Vallés), impulsaremos las relaciones internacionales con otras asociaciones de ingenieros, crearemos una mesa permanente con las Administraciones y reforzaremos el vínculo con el mundo universitario. Esto solo son algunos de los retos que nos hemos planteado.